Ruta de Don Quijote

RUTA TURÍSTICA DEL QUIJOTE, es un itinerario que recorre los espacios donde suceden las aventuras y otros cercanos que tienen en la actualidad un interés cultural, patrimonial, artístico, paisajístico, gastronómico... y que merecen ser visitados.

"Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero; y como yo soy aficionado a leer aunque sean los papeles rotos de las calles, llevado desta mi natural inclinación tomé un cartapacio de los que el muchacho vendía y vile con carácteres que conocí ser arábigos. Y puesto que aunque los conocía no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún morisco aljamiado que los leyese, y no fue muy dificultoso hallar intérprete semejante, pues aunque le buscara de otra mejor y más antigua lengua le hallara. En fin, la suerte me deparó uno, que, diciéndole mi deseo y poniéndole el libro en las manos, le abrió por medio, y, leyendo un poco en él, se comenzó a reír.

Preguntéle yo que de qué se reía, y respondióme que de una cosa que tenía aquel libro escrita en el margen por anotación. Díjele que me la dijese, y él, sin dejar la risa, dijo:

-Está, como he dicho, aquí en el margen escrito esto: «Esta Dulcinea del Toboso, tantas veces en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha».

Cuando yo oí decir «Dulcinea del Toboso», quedé atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de don Quijote. Con esta imaginación, le di priesa que leyese el principio, y haciéndolo ansí, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo. Mucha discreción fue menester para disimular el contento que recebí cuando llegó a mis oídos el título del libro, y, salteándosele al sedero, compré al muchacho todos los papeles y cartapacios por medio real; que si él tuviera discreción y supiera lo que yo los deseaba, bien se pudiera prometer y llevar más de seis reales de la compra. Apartéme luego con el morisco por el claustro de la iglesia mayor, y roguéle me volviese aquellos cartapacios, todos los que trataban de don Quijote, en lengua castellana, sin quitarles ni añadirles nada, ofreciéndole la paga que él quisiese. Contentóse con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo, y prometió de traducirlos bien y fielmente y con mucha brevedad. Pero yo, por facilitar más el negocio y por no dejar de la mano tan buen hallazgo, le truje a mi casa, donde en poco más de mes y medio la tradujo toda, del mesmo modo que aquí se refiere".

Este texto con el que termina el capítulo IX de la primera parte del Quijote nos sirve de introducción a la ruta que proponemos y que nos permitirá realizar uno de los itinerarios que mejor nos permite conocer Castilla-La Mancha, pues discurre por varias de sus provincias y recorre algunos de los parajes y poblaciones que mejor definen su paisaje, carácter, arquitectura... y que le ha dado fama universal.

La capital de Castilla-La Mancha es un buen lugar para iniciar este viaje quijotesco, pues ningún otro lugar posee como Toledo tan espléndida serie de monumentos arquitectónicos de casi todas las épocas, que hacen de ella un riquísimo museo, declarado en su totalidad Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO; ese lugar en el que Cervantes nos adentra, a través de la obra de su Cide Hamete Benengeli, en una de las más fascinantes novelas de toda la historia de la literatura.

Partiremos por la autovía de los Viñedos en dirección a Consuegra, una de las puertas de la Mancha y donde comenzaremos a tomar contacto con un paisaje diferente, un paisaje que tanto nos acerca a la atmósfera de la novela; visitaremos los pueblos que son santo y seña de las aventuras de don Quijote como Puerto Lápice, Villarta de San Juan, Villarrubia de los Ojos, Malagón, Daimiel o Ciudad Real, todos ellos con un rico patrimonio y que además envuelven uno de los parajes más singulares de la Región, las Tablas de Daimiel uno de los humedales más importantes de Europa.

Nos adentraremos en el Campo de Calatrava: volcanes, castillos, ventas, casas señoriales, espacios mágicos para disfrutar de un gran viaje en el tiempo; y luego hacía el sur, hasta Sierra Morena pasando por la capital de vino de la Mancha, por la plaza de Toros-Santuario más antigua de España y sorprendiéndonos con un Palacio Renacentista enclavado en este territorio como un barco varado.

Iremos hacia los Campos de Montiel, visitaremos poblaciones donde la historia y la literatura dejaron honda huella, en las que los ecos de aquellos importantes personajes aún resuenan en sus casas y en sus calles. Llegaremos a otro de los grandes Parques Naturales de esta tierra, las Lagunas de Ruidera, un conjunto único capaz de sorprender a propios y extraños con su belleza.

Visitaremos grandes poblaciones del Campo de San Juan, veremos cómo se conjuga la tradición con la modernidad, tendremos la suerte de conocer una rica gastronomía, artesanías singulares, fiestas únicas... en definitiva tomaremos contacto con ese territorio mágico que también Cervantes supo captar en su novela y seremos conscientes de que él espíritu que el definió en su obra, es una manera de ser de estas tierras.

CONSUEGRA

Según nos vamos aproximando a la población el paisaje de amplias llanuras se va haciendo cada vez más presente, al fondo, aparece ante nosotros, una de las cresterías manchegas más bellas junto al castillo y percibimos claramente ese espíritu contenido en la novela cervantina.

Consuegra constituye la cabeza de la Mancha Alta Toledana y es una de las más importantes poblaciones de la provincia de Toledo; Tito Livio, Plinio y Ptolomeo la citan en sus escritos con el nombre de Consaburum, aunque en el lugar hubo poblamientos más antiguos, el oppidum preromano se encontraba en el cerro Calderico donde se conservan varios restos de muros que pertenecían a una línea de fortificación junto a la que se han encontrado restos de cerámicas de la II Edad del Hierro. Debió de ser un castro estable pues llegó a tener circo, y a 23 km, un largo acueducto denominado de las Guadalerzas; también se conservan, cercana a la población, restos de la presa romana a 4 km en dirección a Urda.

La población actual se asienta probablemente sobre el castro romano; fue tomada por los árabes y reconquistada por Alfonso VI. Alfonso VIII la cedió a la Orden Hospitalaria de San Juan, convirtiéndose en cabeza de su Priorato.

Está dominada por el cerro Calderico en el que se alza una típica crestería manchega con los molinos de viento y el castillo de la Muela, desde donde se puede contemplar un bello panorama de la Mancha y una interesante perspectiva del conjunto urbano.

En la actualidad se conservan restaurados 12 de los 13 molinos, que ocupaban la crestería, cuatro de ellos conservan el mecanismo completo, y reciben nombres como Sancho (el más interesante ya que conserva el mecanismo original del S. XVI), Rucio, Espartero, Bolero, Mambrino, el Caballero del Verde Gabán (en cuyo interior encontramos una biblioteca con diversas ediciones de El Quijote), Clavileño, Chispas, Alcancía, Cardeño, Vista Alegre y Mochilas.

El castillo pertenece a los primeros tiempos de la Reconquista y pudo ser construido por los caballeros sanjuanistas en la segunda mitad del siglo XII o principios del XIII, sobre una defensa romana, transformada en época visigoda y posteriormente convertida en fortaleza musulmana; su carácter es muy austero, carente de adornos a excepción de los dos escudos que se encuentran en la torre, el superior perteneciente a don Juan José de Austria (1677) hijo de Felipe IV y el inferior perteneciente a la Casa de Alba. En la torre albarrana se encuentran los aljibes, las cocinas, la llamada nave de archivos y la ermita construida en el siglo XIII; desde esta altura observamos el pueblo, dividido en dos por el río Amarguillo.

Consuegra conserva innumerables ejemplos arquitectónicos de diversas épocas: de los siglos XVI y XVII son la iglesia de san Juan Bautista y la del convento de Carmelitas; el Ayuntamiento fechado en 1670 se alza en la plaza de España además del edificio de los Corredores en el que se encuentra el Museo Municipal que alberga hallazgos arqueológicos y etnológicos de la zona, desde hachas neolíticas, pasando por material del poblado celtibérico, restos de la cultura romana, medieval, hasta finales del siglo XIX, momento en el que una inundación transformó, en cierta medida, la estructura urbanística de la población.

En el siglo XVIII, se construyó el convento de Franciscanos, la iglesia parroquial de Nuestra Señora y la ermita de la Vera Cruz; del siglo XIX son la plaza de toros, la iglesia del barrio del Imparcial (que fue el que arrasó la inundación) y el colegio de monjas. Al pasear por Consuegra encontramos algunas viviendas interesantes por su estilo popular manchego.

Especial mención debemos hacer del palacio Prioral y casa de la Tercia, antigua casa de la Orden de San Juan de la que se mantiene en pie la torre bajo-medieval. Esta casa estaba construida sobre las termas romanas y de dicha época se conservan dos esculturas, basas, capiteles y fustes de columnas. Encima de los restos del palacio, en el siglo XIX se edificó un centro escolar de estilo neomudéjar.

A la salida del pueblo, en dirección a Madridejos se encuentra el Alfar, en la zona donde se situaba el circo romano, en su interior se conservan dos hornos y se puede visitar un Museo con importantes restos romanos y una exposición de artesanía.

Consuegra celebra una serie de fiestas de gran interés entre las que destacan la Fiesta de la Rosa del Azafrán en el último fin de semana de octubre, coincidiendo con la recogida de la flor, con concursos de monda de la flor que nace al salir el sol y muere al caer la tarde, uno de los ingredientes más significativos de la cocina manchega; además se celebran durante las jornadas festivas la Molienda de la Paz y del Amor en el molino Sancho, certámenes gastronómicos y festivales de folklore castellano-manchego y el Acto de Exaltación Manchega presidido por la Dulcinea y sus damas. En el mes de agosto con motivo de la muerte del hijo del Cid Campeador es cuando tiene lugar Consuegra Medieval donde podremos encontrar una ciudad totalmente transformada y en la que disfrutar de un mercadillo artesano, la formación de un caballero y la vida cotidiana que se desarrollaba ante un asedio, con motivo de la batalla que tuvo lugar un 15 agosto del año 1097. Las Jornadas gastronómicas como el Certamen Nacional de tapas en el mes de noviembre y en diciembre las Jornadas de la Cebolleta y la Semana Santa son otros de los eventos que merece la pena conocer.


PUERTO LÁPICE

Población del más puro estilo manchego, puerta de entrada de la provincia de Ciudad Real y un lugar de pintoresca belleza en el que sus calles y sus casonas, adornadas con rejerías, constituyen su principal atractivo.

Su topónimo proviene de su emplazamiento en un paso entre las estribaciones de los Montes de Toledo, y de la piedra lapícea que compone su subsuelo. Se cree que fue fundada por los romanos. En la Edad Media, formaba parte del alfoz de Consuegra, cedido este por el rey Alfonso VIII a la Orden de San Juan de Jerusalén, quien repobló el lugar. En el año 1774 el rey Carlos III le concede la independencia como villa.

Las diversas y típicas ventas, todavía conserva tres de las cuatro que tenía, hacen honor a su antiguo nombre Ventas del Puerto Lápice, que Cervantes inmortalizó en su obra. En una de ellas, llamada precisamente Venta de Don Quijote, y que sigue abierta, las gentes del lugar dicen que bien hubiera podido ser armado caballero el hidalgo manchego. Además se conserva la Posada del Rincón, construida sobre los restos del Castillo del Foso, donde según la tradición se alojó el emperador Trajano, y la de Dorotea Jiménez, que Azorín menciona en su Ruta de Don Quijote, convertidas en viviendas particulares.

Las Ventas son una construcción típicamente manchega, levantadas en torno a un patio central, con pozo, abrevadero y espacio para carros, con soportales, establos para las caballerías, mesón y habitaciones para pernoctar. Ideadas para el descanso de los viajeros y sus caballerías. Como el resto de la arquitectura manchega los muros de las Ventas estaban blanqueados y los patios empedrados.

En el cerro de la Sierrecilla, alejados del núcleo de la población, en un lugar mágico para los amantes de la literatura y la historia, se han recuperado dos molinos de viento que contribuyen a acentuar la imagen de la que este municipio ha hecho su razón de existir, la estampa manchega y su retrato en el Quijote.

VILLARTA DE SAN JUAN

"Un pueblo blanco, de un blanco intenso, de un blanco mate, con las puertas azules" según decía Azorín, en cuyos alrededores se han hallado restos de las Culturas de las Motillas e importantes vestigios ibéricos. El origen de la población es romano y se desarrolló en torno a la vía que unía Toletum con Laminio. Sobre el río Cigüela se conserva un interesante puente romano reformado en época de Felipe II, tiene 300 m de largo por 5 de ancho con 36 ojos y dos apartaderos de grandes dimensiones. Junto a este se encuentra otro de finales del siglo XVIII. Su iglesia parroquial es del siglo XVI y en su núcleo urbano podemos ver además algunas casas historicistas de finales del siglo XIX, principios del XX como la casa de las Davisas o la del Requete. En la plaza de la Paz se encuentra la llamada Torre del Reloj. Las bodegas y alcoholeras forman parte de la arquitectura industrial popular relacionada con el sector del vino en la zona, que ostentan gigantescas chimeneas de ladrillo algunas de ellas en perfecto estado de conservación.

Del 23 al 26 de enero celebra la fiesta de las Paces, declarada de Interés Turístico Regional y que se remonta al siglo XIV, como agradecimiento a la Virgen por la paz alcanzada entre las tropas de Enrique de Trastámara y Pedro el Cruel. Durante la procesión se lanzan más de veinte mil cohetes, a esta celebración le precede una hoguera monumental que se celebra en la plaza la noche del 23, de especial interés es asistir a la subasta de los brazos, durante la que los fieles ofrecen cifras astronómicas para poder ser uno de los que lleve la imagen en la procesión.

VILLARRUBIA DE LOS OJOS

Su nombre (en latín Rubeum) hace referencia al color rubio del terreno y a los llamados Ojos del Guadiana. Los restos encontrados en su entorno nos hablan de una ocupación humana desde el Neolítico a la Edad Media.

Bañado por aguas del Cigüela y el Guadiana, antes de su unión en el Parque Nacional de las Tablas, Villarrubia de los Ojos fue habitado ya en la Edad del Bronce (1500 a.c.), como atestigua el yacimiento de la Motilla de Zuacorta. Se han encontrado, además, yacimientos de época romana y restos de una calzada, que llevaría desde Zuacorta a orillas del río Guadiana, hasta el municipio de Consuegra (Toledo), atravesando la Sierra de Villarrubia, donde se han hallado vestigios que certifican la existencia de castillejos preromanos.

Las primeras referencias escritas se remontan al siglo XII y aparecen en un documento de donación de un castillo que Alfonso VII hace a la Orden de Monfranc y donde se la denomina Villarubeum, posteriormente pasó a formar parte de la Orden de Calatrava como encomienda.

El 2 de mayo de 1466 murió aquí el Maestre de Calatrava, D. Pedro Girón, que viajaba desde Almagro a Ocaña, al frente de 3000 hombres, al encuentro de Dña. Isabel, Infanta de Castilla, futura Isabel la Católica, con la que pretendía contraer matrimonio.

Naturales de Villarrubia son personajes como el Capitán Salazar y el soldado Juan Sánchez que tuvieron una actuación heroica en la batalla de San Quintín, en 1557, embarcados en la nave capitaneada por don Juan de Austria. Aquí nacieron también los hermanos José Antonio y Miguel Jijón junto a Hermenegildo Díaz Hidalgo y José Gijón, creadores de algunas de las primeras ganaderías de reses bravas de España (la casta Jijona), en el siglo XVIII. Aún se conserva la casa solariega de los Sánchez-Jijón que presenta una portada adintelada con escudo superior, en el interior la vivienda se estructura en torno a un patio de columnas toscanas y una galería superior de madera.

Encontramos destacable en su patrimonio la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, edificio tardo gótico erigida en el siglo XVI sobre los restos de un edificio anterior.

Podemos visitar su pequeño, pero interesante, museo etnográfico dependiente de la Hermandad de san Isidro, instalado en las dependencias del antiguo matadero.

A 12 km, en un bello paraje en el que se han encontrado algunas tumbas visigodas, se encuentra el santuario de Nuestra Señora de la Sierra, un importante lugar de peregrinaje desde el siglo VI. La iglesia es de época barroca, en su interior se venera la patrona cuya festividad es el 8 de septiembre; a la capilla se accede a través de un típico patio manchego, con pies derechos de madera y zapatas, decorado con la Cruz de Malta.

Del siglo XVI, situada en el denominado Balcón de la Mancha en las estribaciones de los Montes de Toledo se encuentra la ermita de San Cristóbal desde donde se divisa una de las vistas más excepcionales de la llanura manchega. Desde un principio se celebraba en ella la Fiesta de la Cruz de Mayo y desde 1986 la Romería de San Cristóbal, el primer domingo de mayo, es costumbre ese día comer el tradicional hornazo.

En la cocina típica de esta zona destacan la caldereta de cordero, el cordero al horno, el pisto de calabacín, el asadillo y el pisto manchego, los duelos y quebrantos, las migas, las gachas de harina de pitos, la sopa de tomate, el conejo con patatas, las pastas y el mazapán, los barquillos de anís, las flores y las torrijas todos ellos platos vinculados a la gastronomía del Quijote.

En Villarrubia encontramos, además, algunos artesanos dedicados a la cerámica y la forja, que nos ofrecen la visita a su taller para que el viajero pueda apreciar cómo se realiza su trabajo.

MALAGÓN

Localizado en la zona norte del Campo de Calatrava histórico, la mayoría de su término está situado en la subzona regional de los Montes de Toledo. Se encuentra rodeado de una gran llanura interrumpida por la Sierra que lleva su nombre. Goza de un entorno natural privilegiado, con singulares ecosistemas y parajes naturales, de entre los que destaca la Reserva Natural de Las Navas de Malagón, formada por lagunas de origen volcánico denominadas Nava Chica, del Medio y Grande. Su situación es privilegiada al encontrarse rodeado por dos parques nacionales: Cabañeros y las Tablas de Daimiel.

Se han hallado importantes restos arqueológicos que nos hablan de la antigüedad de los asentamientos de la zona. La historia de Malagón, pues, se remonta en sus orígenes hasta el Neolítico, e incluso existen yacimientos más antiguos aún correspondientes al Paleolítico superior, La Viñuela, en la Aldea del Cristo del Espíritu Santo. Existen pinturas rupestres en la zona que indican que existían en esa época poblamientos aislados en la zona dedicados a la caza y pesca.

De la época romana encontramos sus vestigios en los poblados fortificados de la Plaza de los Moros que se han identificado como la antigua Salaria, fundada por Augusto cerca de los yacimientos de cobre. Hasta la llegada de los musulmanes parece ser que una pequeña población aguantó en la zona la dominación visigoda y árabe hasta bien entrado el siglo VII; se ha localizado una necrópolis cuyos restos inducen a pensar en la existencia de una basílica a la entrada de una de las aldeas de Malagón, la del Espíritu Santo, situada a 17 km de la población; en la década de los 90 del pasado siglo se encontraron varios sarcófagos labrados en piedra caliza que fueron trasladados al Museo Provincial.

Bajo el dominio musulmán de la península, Malagón se perfila como una plaza fuerte en el camino de Calatrava a Toledo con la construcción de un castillo por parte de los árabes que llaman al poblado con su nombre actual y que fue avanzada de Calatrava la Vieja, un importante enclave defensivo de los accesos del Guadiana, los restos de esta fortaleza fueron destruidos en la década de los 60-70 del siglo XX para edificar viviendas. A principios del siglo XII comenzó el asedio y la reconquista de estas tierras.

Aquí llegó Santa Teresa en 1562 junto a otra religiosa para atender a la Duquesa de Medinaceli y seis años después realizó su tercera fundación: el convento de San José de Carmelitas Descalzas, obra de Nicolás de Vergara siguiendo los esquemas carmelitanos. Es un edificio austero desarrollado en dos plantas en torno a un claustro central, la inferior porticada con columnas de piedra y balaustradas de madera con pies derechos y zapatas en el superior, cubiertos por viguerías de madera. Su iglesia, de una sola nave con bóveda de cañón, conserva varios interesantes retablos, destacando el mayor, obra de 1730, y en el que el grupo escultórico de mayor relieve es la Sagrada Familia.

Otros edificios destacados son su iglesia de Santa María Magdalena, construida entre los siglos XV y XVI y reconstruida tras los terremotos de Lisboa(1755) y Granada (1966), en su interior destacan varias pinturas y entre ellas un Ecce Homo atribuido al Divino Morales. En sus calles se conservan varias casas solariegas decimonónicas y de principio del siglo. En la calle de la Tercia hay un Museo Etnográfico de propiedad municipal, en el que se exponen importantes restos arqueológicos hallados en los alrededores.

De la arquitectura tradicional manchega cabe destacar el Molino de Carrillo de principios del siglo XVIII que conserva la maquinaria original y está situado a unos 3 km. sobre el río Bañuelos y, cercano a este, un puente romano, de diez ojos, en el denominado Camino Real de la Plata, importante vía romana que unía Córdoba con Toledo.

En torno al 14 de septiembre Malagón celebra sus Fiestas Patronales y tiene lugar la romería en el Santuario del Cristo del Espíritu Santo. Los edificios que lo forman son de tipología popular de los siglos XVI y XVII y se distribuyen alrededor de un patio de galerías porticadas de madera. La iglesia está presidida por un retablo barroco, muy parecido al que encontramos en el convento de las Carmelitas, destacando un lienzo del siglo XVI en el que aparecen representados el Ecce Homo y a su lado los donantes en actitud orante, los Duques de Medinaceli. En agosto el Cristo sale por las calles en total oscuridad, en la denominada Procesión de las Antorchas, precedido de fieles que portan velas y antorchas. Durante los carnavales desfilan las banderas de las ánimas.

A la hora de comer no podemos olvidar el producto por excelencia de la gastronomía local, una variedad de alubias conocida como judías Pinesas, que se guisan en potajes o con perdiz, además del gazpacho malagonero y la gran variedad de platos típicos de la Mancha, todo acompañado con las buenas frutas de la huerta de Malagón, el queso manchego y el vino de la D.O. Tierra de Castilla.

DAIMIEL

Importante población del Campo de Calatrava, uno de los enclaves vitivinícolas fundamentales de la Mancha.

La zona está poblada desde el Paleolítico inferior, según demuestran los yacimientos arqueológicos en los que se han descubierto vestigios achelenses y musterienses. A 10 km en dirección a Manzanares nos encontramos con una de las joyas arqueológicas de nuestro país, la Motilla del Azuer, situada en la vega del río Azuer, las especiales características de este yacimiento, así como la monumentalidad de las estructuras de su fortificación, con muros de mampostería que conservan más de 8 metros de alzado, confieren al asentamiento un carácter relevante dentro de la Edad del Bronce (2200-1350 a. C.) dentro de una tipología de asentamiento único en la Prehistoria, las motillas. De estos asentamientos es el mejor documentado y el único visitable en la actualidad.

Las motillas son construcciones únicas en la Mancha, siendo el término de Daimiel donde se ubica el mayor número de estos vestigios prehistóricos. Son montículos artificiales, de entre 4 a 10 m de altura, resultado de la construcción de una fortificación de planta central con varias líneas amuralladas concéntricas. Su distribución en la llanura manchega, con equidistancias de 4 a 5 kilómetros, afecta a las vegas de los ríos y las zonas deprimidas donde hasta momentos recientes era frecuente la existencia de lagunas y áreas palustres. De hecho, se documentan poco más de una treintena de ellas, ocho de las cuales se encuentran en el término municipal de Daimiel incluida la denominada "Motilla de las Cañas", ubicada dentro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, también conocida como Isla de las Cañas, entre la Isla de Moreno y la llamada casa de don Francisco Veses, en la que se encontraron importantes restos de la Edad del Bronce y de época ibérica.

En la Motilla del Azuer el montículo de la fortificación, con un diámetro de unos 40 m, está integrado por una torre, tres líneas concéntricas de murallas y un gran patio. Su núcleo central está formado por una torre de mampostería de planta cuadrada, cuyos paramentos este y oeste conservan una altura superior a los 10 m. Es destacable la arquitectura de su interior en el que sobresalen los silos de almacenaje y los hornos para tostar el cereal y producir cerámica. A su interior se accede mediante rampas embutidas en estrechos pasillos.

En el exterior de estas murallas se emplazaba el poblado, que podría albergar más de cien habitantes. Es aquí donde se situaban la mayor parte de los enterramientos.

Este singular y monumental yacimiento arqueológico se ubicaba controlando y explotando un amplio territorio que permitía el acceso a recursos agropecuarios, y al abastecimiento del agua, un preciado y necesario recurso que se captaba desde el nivel freático. El pozo situado en el patio, es de gran singularidad y se corresponde, con lo que hasta la fecha es el sistema hidráulico más antiguo de la Península.

Para poder acceder a la Motilla del Azuer se debe concertar una visita en la recepción del Museo Comarcal de Daimiel,ya que el yacimiento está cerrado y no es posible su visita sin cita previa. Durante toda la visita estaremos siempre acompañados por un guía-intérprete.

La población actual de Daimiel tiene un casco histórico con un trazado muy complejo, siendo el edificio más antiguo la iglesia de Santa María la Mayor, de estilo gótico, siglo XIV-XV, reformada en el XVI y posteriores; su interior responde al esquema de planta salón de tres naves, separadas con columnas adosadas, cabecera poligonal y dos ábsides, cubriéndose las naves con bóvedas de terceletes. La decoración en los capiteles es muy interesante, encontramos tanto elementos de carácter vegetal como representaciones de tipo figurativo como el capitel de la sirena. También admiramos en el interior distintos ejemplos de escultura procesional de distintas cofradías de Daimiel, sobresale la imagen barroca del Cristo de la Expiración.

En el exterior tiene tres portadas: al norte la de la Umbria, es ojival con dos arquivoltas; a poniente otra de arco gótico, se hunde en el suelo y está cegada, no obstante es la más interesante, es una puerta abocinada con arquivoltas y decoración en cardinas de muy buena factura; al mediodía la denominada del Sol, protegida por un pórtico de tres arcadas, presenta un arco acortinado de origen renacentista.

La iglesia de San Pedro se construyó a mediados del siglo XVI, la torre de la iglesia la realizó Juan Ruiz Hurtado y consta de un primer cuerpo cuadrangular y un segundo octogonal. Es de planta de cruz latina con bóvedas de crucería. El retablo actual data del año 1948 y alberga pinturas murales del pintor daimieleño Juan D´Opazo. En el interior se conservan algunas tallas atribuidas a Antonio Castillo Lastrucci y magnífica imaginería religiosa que desfila en la Semana Santa.

Otros edificios de interés son el convento de las Mínimas de san Francisco del siglo XVII, la ermita de san Juan, reedificada en 1650, aneja al convento de la Paz, el convento de los Padres Pasionistas en cuya iglesia del siglo XVII tiene la sede la cofradía del Cristo de la Luz. La arquitectura civil tiene como destacados representantes el Teatro Ayala, el antiguo Instituto de Formación Profesional, obra del arquitecto Miguel Fisac, y que hoy alberga el Centro de Interpretación del Agua y los Humedales Manchegos, cuya visita es obligada para poder conocer y entender el ecosistema de la zona; el Mercado Municipal obra del mismo arquitecto y un conjunto de viviendas donde se ponen de manifiesto sus famosos hormigones blandos.

El Museo Comarcal muestra cómo ha sido la vida en Daimiel y su entorno desde las primeras civilizaciones hasta nuestros días. Su historia, sus ideas y creencias, sus avances técnicos, su territorio... En él se rinde homenaje a tres daimieleños ilustres: el arquitecto Miguel Fisac, de prestigio internacional, el coleccionista Vicente Carranza, poseedor de una de las colecciones de cerámica más importantes de España y el pintor Juan D'Opazo.

Daimiel se vuelca en sus fiestas; su carnaval se remonta al año 1650, pues se tienen noticias de la "Cofradía de las Ánimas" que ya desfilaba por la ciudad. Cada año se otorga la distinción de "Máscara Guarrona" a un ciudadano destacado por su participación en estas fiestas. La Semana Santa es una de las más importantes de la región habiendo sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. Goza de gran tradición histórica, no en vano las primeras cofradías de las que se tienen referencia se remontan a los siglos XVI y XVII. Es la única en España que sigue cronológicamente en tiempo la Pasión y Muerte de Jesús. Muchas de las tallas están realizadas por grandes maestros imagineros del siglo XVII. Además aquí se celebra la romería en honor de su patrona la Virgen de las Cruces, donde miles de personas acuden al Santuario (situado en el término de Torralba de Calatrava) para organizar la típica comida en familia. La fiesta de la Vendimia, el primer fin de semana de octubre, se celebra con numerosas actividades culturales y festivas, destacando los Concursos de Vendimiadores, Cata de Vino, Cabalgata de la Uva, Pisa de la Uva, Pisadores y Vendimiadores de Honor, y sobre todo con la actividad gastronómica de Daimiel al Gusto que se celebra el último día de la fiesta.

A 3 km, en el antiguo camino Real de Alicante a Ciudad Real, se encuentra una de las más características ventas manchegas, la Venta de Borondo, uno de los pocos ejemplos de arquitectura popular del siglo XVI que se conserva, cuenta con historia documentada desde época romana hasta mediados del siglo XX, con especial importancia en los siglos XV y XVI; está construida en aparejo toledano encalado. La venta presenta una estructura claramente definida con una portada monumental, un zaguán, un patio con pozo que distribuye la vivienda y otro patio al fondo para las caballerizas, que fueron añadidas al edificio original en los siglos XVII y XVIII. Se accede al interior a través de una puerta de un valioso contenido artístico poco habitual en este tipo de edificios. La portada está compuesta y flanqueada por un pórtico de sillería decorado con basas, medias columnas, capiteles, friso y escudo de armas en el centro del dintel. Las ventanas son de rejería, propia de la arquitectura popular de la zona; a poco que uno la mire comprenderá en seguida que si no fue esta fue otra parecida a ella la venta en la que Cervantes se inspiró para convertirla en modelo de todas las ventas en su novela más universal. Julio Llamazares escribió de ella: "Situada en la confluencia de varios caminos, entre ellos el conocido como de las Carretas, que lleva directamente a Argamansilla de Alba y al Campo de Montiel, uno entiende que don Quijote confundiera las que encontraba en sus correrías con castillos, con sus torres y sus castellanos, es decir, sus gobernadores, por más que éstos fueran zafios y de rudimentario aspecto". Aunque está declarada B.I.C. en la actualidad corre el riesgo de desaparecer.

Muy cerca, encontramos uno de los paisajes naturales más bellos e interesantes de Castilla-La Mancha con una importante riqueza faunística. Situado entre el término municipal de Daimiel y el de Villarrubia de los Ojos se encuentra uno de los humedales manchegos más importante, las Tablas de Daimiel, el más pequeño de los parques nacionales, pero también el más extenso masegar (Claudium mariscus) de Europa Occidental. Un espacio natural de gran importancia ecológica y de un reconocido valor paisajístico que destaca en la llanura manchega.

Las Tablas de Daimiel se encuentran en la confluencia de los ríos Cigüela y Guadiana, con una extensión de 3.030 ha., fueron declaradas Parque Nacional en 1973, Reserva de la Biosfera en el año 1981 y Humedal de Importancia Internacional en 1982.

Son un grupo de lagunas con numerosas isletas: de los Asnos, del Pan, de las Yeguas... que son abastecidas gracias al equilibrio existente entre los aportes fluviales superficiales y los caudales procedentes de niveles hídricos subterráneos, con una gran riqueza faunística, sobre todo de aves migratorias. Son el último representante de un tipo de humedal característico de la llanura central: las tablas pluviales, donde se desarrolla una cubierta vegetal que es un hábitat excepcional para el desarrollo de la vida animal: anfibios y reptiles, aves y mamíferos acuáticos; de las ocho especies ibéricas de garzas, siete están presentes en Daimiel, varias anátidas y limícolas y otras muchas especies de aves ligadas al medio acuático. Más de 250 especies de aves acuáticas son las protagonistas de este ecosistema, uno de los más valiosos del planeta.

La visita al parque es libre y gratuita, el acceso está situado a 10 km de Daimiel. Antes de iniciar la visita es recomendable que se conozca el Centro de Visitantes donde, por medio de seis salas de exposición y audiovisuales, podremos obtener una amplia información sobre el espacio natural y su entorno.

El parque cuenta con varios observatorios para facilitar a los visitantes la contemplación de las aves, una laguna de aclimatación, además de una serie de senderos señalizados que permite conocer a fondo sus diferentes ecosistemas; hay un entramado de pasarelas de madera que permiten moverse de un lado a otro. La mejor época del año para visitar el parque es entre finales de septiembre y mediados de mayo y las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde las más aconsejables.

Sobre el Guadiana y en dirección a Fuente el Freno, encontramos el Molino y puente Molemocho, en cuyo interior se encuentra un Centro de Interpretación, donde se puede conocer la relación entre el hombre y el humedal en diferentes momentos de la historia, y el molino Zuacorta (molino harinero del siglo XV), ejemplos de arquitectura hidráulica.

CIUDAD REAL

Una de las capitales de provincia de Castilla-la Mancha, cuyo paisaje participa tanto de la llanura manchega, regada por el Guadiana, como de pequeños cerros volcánicos además de pequeñas sierras cuarcíticas.

Los primeros indicios de asentamiento humano se corresponden con la ocupación del cerro de Alarcos, situado a 8 km de Ciudad Real. Situado en un enclave estratégico, en un cerro elevado en la margen izquierda del río Guadiana, que le permite controlar el paso entre la Meseta y Andalucía, a través de los Montes de Toledo y Sierra Morena, fue un lugar idóneo para el asentamiento de grupos humanos. Los hallazgos arqueológicos demuestran la ocupación humana del cerro desde el final de la Edad del Bronce hasta la Plena Edad Media, con un largo periodo intermedio de despoblación en la época romana y visigoda. Los trabajos de excavación y restauración que se vienen realizando en el yacimiento desde 1984 han permitido recuperar un sector de la trama urbana de la ciudad íbera, así como buena parte de la muralla y del castillo medievales. En la actualidad está declarado como Parque Arqueológico.

Aquí tuvo lugar en 1195 la Batalla de Alarcos que supuso una grave derrota para el ejército cristiano. A partir de ese momento comienza el declive de Alarcos. Alfonso X es incapaz de repoblarla por lo que trasladó sus habitantes a una aldea próxima llamada Pozo Seco de Don Gil y allí funda Villa Real en 1255.

De la cultura íberica (siglos VI-III a. C.) se han encontrado importantes vestigios por todo el cerro, entre los que sobresalen restos urbanos, un gran número de exvotos y esculturas de piedras zoomorfas, los restos de un santuario, una necrópolis y un gran sistema viario. Las ruinas del antiguo oppidum íberico y de la ciudad medieval de Alarcos constituyen uno de los conjuntos arqueológicos más importantes y más extensos (33 ha) de Castilla-La Mancha y se encuentra rodeada de una muralla de 3 metros de espesor; fue construida en el siglo XII, poco antes de la batalla, siendo parcialmente destruida, como demuestran la gran cantidad de armas aparecidas junto a ella.

El castillo o alcazaba se encuentra situado en el punto más alto del cerro y es un recinto rectangular de 100 x 60 m que presenta una torre cuadrangular en cada una de las esquinas y otra más en el centro de los lados y una torre pentagonal y foso inconcluso. En el interior se conservan restos de habitaciones abovedadas, cocinas, fragua, un aljibe... Fue construida al mismo tiempo que la muralla, sobre una antigua construcción del siglo XI. La ermita, situada en un extremo, es gótica de los siglos XIII y XIV, con algunas transformaciones posteriores. Conserva restos de artesonados mudéjares y en su fachada principal, sobre la puerta un importante rosetón de tracería. Desde su fundación en el siglo XIII, tras la victoria cristiana de las Navas de Tolosa y tras el traslado de su población a Villa Real, se edificó esta ermita dedicada a la Virgen de Alarcos donde se celebra la romería en honor a la Virgen el domingo y el lunes de Pentecostés.

Alfonso X el Sabio, como hemos dicho, manda fundar Villa Real (la actual Ciudad Real) como villa de realengo para equilibrar el inmenso poder de las Órdenes Militares (Calatrava, San Juan y Santiago) en esta provincia. Le concede una Carta Puebla para propiciar su repoblación y una serie de privilegios a sus habitantes. En 1262 se le incrementan esos privilegios, que serían confirmados más tarde, en 1282, por Sancho IV. En el siglo XIV se inicia la construcción de la Puerta de Toledo, como parte de las murallas que rodeaban enteramente la ciudad. Poco después, en 1346, Alfonso XI reúne aquí las Cortes de Castilla. En 1420 el rey Juan II, padre de Isabel I, concede a la villa el título de ciudad, que pasa a denominarse desde entonces Ciudad Real.

Su máximo relieve la ciudad lo alcanza con los Reyes Católicos, en 1475 confirman los privilegios de la Hermandad Vieja, una especie de milicia contra el bandidaje; en 1483 crean aquí una sede del Tribunal de la Inquisición; en 1485 la reina Isabel visita la ciudad, y en 1494 fundan una Chancillería o audiencia, para resolver todo tipo de litigios administrativos: este organismo permanecerá en Ciudad Real once años, hasta su traslado a Granada (1505).

Durante toda la Edad Media conviven en la ciudad, cristianos, moriscos y judíos, como lo demuestran barrios con esos nombres y la puerta de la sinagoga que se conserva hoy en el Museo Provincial.

En 1691 Ciudad Real es la capital de la Mancha, aunque en el siglo siguiente, y durante un corto periodo de tiempo (1750-59) la capitalidad se trasladaría a Almagro. En 1797 se crea una Sociedad Económica de Amigos del País para fomentar el progreso de la ciudad. En esa misma época el arzobispo Lorenzana manda construir una Casa de Caridad o Beneficencia, que será utilizada como tal hasta que los ejércitos franceses (1809) la convierten en cuartel, función que ha desempeñado hasta su demolición en los últimos años del siglo XX. En 1863 llega a Ciudad Real el ferrocarril y en la década siguiente (1877) se crea la diócesis de las Órdenes Militares, segregando gran parte del territorio de esta provincia que hasta entonces había pertenecido al arzobispado de Toledo. En la restauración de la monarquía tras la I República juega un papel de cierta trascendencia la guarnición militar de Ciudad Real, que al mando del conde de Balmaseda, se une al general Martínez Campos en diciembre de 1874 para proclamar rey al futuro Alfonso XII.

En el siglo XX los avances más significativos han sido la implantación de un campus universitario que incluye la sede del rectorado de la universidad de Castilla-La Mancha (1985) y la llegada del AVE (Madrid-Sevilla) inaugurada en 1992, que ha facilitado sensiblemente la comunicación de la ciudad con Madrid.

Desde el punto de vista urbanístico, la ciudad empieza a crecer con más fuerza a partir de los años 20 del siglo pasado y se empieza a construir fuera de las antiguas murallas, ahora Rondas, barrios nuevos que han ido envolviendo el núcleo histórico central que aún conserva la estructura original con que se concibió en la Edad Media.

Respecto a la herencia artística, pocos restos quedan en Ciudad Real de su glorioso pasado medieval; sabemos que tuvo alcázar real e importantes murallas con 4,5 km de perímetro jalonados por 130 torreones y ocho puertas, quedan restos en la zona del Torreón del Alcázar. Tan solo podemos admirar la Puerta de Toledo que consta de seis arcos, ojivales los dos exteriores y de herradura los cuatro interiores. El escudo de armas de Castilla se encuentra en el exterior y esta flanqueada por dos macizos torreones de planta cuadrada. En el siglo XX se construyó la Puerta de Santa María en el espacio en el que había habido un acceso a la ciudad, utilizando para ello la portada del convento de Altagracia, demolido poco antes.

Del patrimonio religioso podemos destacar tres iglesias, situadas casi en los vértices de un imaginario triángulo, según los planes de Alfonso X, forman un conjunto artístico en el que se puede admirar el peculiar estilo gótico de Ciudad Real. La de Santiago es la más antigua, de finales del siglo XIII y terminada en el XIV; en ella destaca la techumbre mudéjar, descubierta bajo bóvedas barrocas, el ábside y pseudo-crucero, y las pinturas murales de la bóveda del ábside con un dragón apocalíptico de siete cabezas.

La Santa Iglesia Prioral Basílica de las Órdenes Militares de Santa María del Prado (o la Mayor) es la catedral desde 1875; la parte más antigua es la puerta situada a los pies del templo, de finales del XIII, principios del XIV, con un rosetón lobulado. El templo actual fue construido en distintas etapas: el ábside es del siglo XV, las bóvedas de los siglos XV y XVI; el camarín de la Virgen y la sacristía nueva son barrocos del siglo XVII y la torre es una reconstrucción de 1825 de la derribada en el siglo anterior. En su interior destaca sobre todo un magnífico retablo barroco, con la imagen de la Virgen del Prado en un trono de plata, obra de Girardo de Merlo y Juan de Hasten, terminado por Cristóbal Ruiz Delvira, trazado por Andrés de la Concha entre 1612 y 1616.

La tercera iglesia medieval que cierra el triángulo es la iglesia de San Pedro, posiblemente el monumento más interesante de Ciudad Real, gótica de finales del siglo XIV y añadidos del XV. El templo presenta al exterior tres puertas: la del Perdón, a los pies, con cinco arquivoltas ligeramente apuntadas y decoración de bolas y rosetas; la del evangelio también con arquivoltas apuntadas y la de la Epístola con hojas de madera claveteadas. Su fachada luce un magnífico rosetón y una esbelta torre rematada por chapitel del siglo XVIII. En el interior, de planta basilical de tres naves, destacan el monumento funerario de la capilla de los Coca, Chantre de Coria y Canónigo de Sigüenza, cuya talla recuerda el estilo del famoso Doncel, los sepulcros de sus padres y un retablo en alabastro de la Virgen de Loreto; una bella reja isabelina en la capilla de Jesús Nazareno y el coro con sillería del siglo XVI. Está declarada B.I.C. desde el año 1974.

Otro edificios religiosos son la Parroquia de la Merced, barroca, del siglo XVII, de la que cabe destacar su fachada; junto a ella , lo que fue el convento de la Merced, del siglo XVII y XVIII, tras la desamortización pasó a ser Instituto de Segunda Enseñanza hasta 1966, en 1998 fue cedido a la Diputación Provincial y en 2002 a la Junta de Comunidades como destino de la ampliación del Museo Provincial de Ciudad Real, acogiendo la sección de Bellas Artes, que cuenta con obras desde el siglo XVI a la actualidad y la Colección de Arte Contemporáneo de Castilla-La Mancha, un conjunto artístico reunido por el Gobierno Regional, sin duda una de las colecciones de arte contemporáneo más completa y de mayor calidad de España. El convento de Carmelitas Descalzas, fundado en 1596, de estilo renacentista y barroco, se erigió en el lugar que ocupaba la casa-hospitalito de san Andrés.

El ejemplo de arquitectura civil más antiguo lo tenemos frente a la catedral del Prado, la casa de Hernán Pérez del Pulgar, caballero cuyas hazañas en la toma de Granada dieron lugar a múltiples anécdotas y romances, edificada en el siglo XV con una portada reformada en el XVII y un patio en el interior columnado y una escalera renacentista. En la actualidad está ocupada por el museo López Villaseñor, dedicado a la obra de este artista.

Desaparecidos los tres barrios (cristiano, musulmán y judío) que conformaron la ciudad en su época de mayor esplendor, la arquitectura ciudarrealeña actual es decimonónica o de principios del siglo XX. Destaca el edificio del antiguo Palacio Medrano con bella portada neorenacentista; el antiguo casino -hoy Conservatorio de Música-, obra de Sebastián Rebollar de finales del siglo XIX, al igual que el Palacio de la Diputación Provincial, que alberga una interesante colección de pintura de los siglos XIX y XX, con obras de Ángel Andrade, Hurtado de Mendoza, Pérez Rubio, Palmero, Antonio López, Gregorio Prieto... y notables fondos escultóricos; el edificio del antiguo Banco de España, actualmente dedicado a residencia de ancianos. En el Parque Gasset podemos admirar unos jardines diseñados a principios del siglo XX y la fuente que aún conserva la azulejería del ceramista toledano Ruiz de Luna.

En Ciudad Real podemos visitar varios museos, además de los ya mencionados, podemos destacar el Museo Provincial, creado en 1976 e inaugurado en 1978, y en el que se recogen hallazgos arqueológicos que van desde el Paleolítico Inferior a la Edad Media de la provincia, la portada de una antigua sinagoga y una planta dedicada a las Ciencias Naturales. El Elisa Cendrero, que contiene el Archivo Histórico Municipal, con documentos del siglo XIII al XIX, estando el edificio decorado con pinturas del siglo XIX y muebles y objetos de artes decorativas (tapices, abanicos,...). El Museo de Arte Sacro Diocesano se encuentra instalado en la planta baja del Obispado, un edificio del siglo XIX, y alberga fondos de las iglesias y conventos de la provincia y entre los que se encuentran las 14 piezas recuperadas del Portapaz de Uclés, obra de Francisco Becerril de 1565. En la antigua estación de ferrocarril está ubicado el Museo del Quijote, junto al parque de Gasset, inaugurado en 2001, que alberga una colección bibliográfica con más de 3.500 volúmenes relacionados con la obra de Cervantes, pintura, escultura y diversos materiales relacionados con la genial obra.

Ciudad Real cuenta con dos Fiestas declaradas de Interés Turístico Regional, el Domingo de Piñata (Carnaval) y la Pandorga en honor a la Virgen del Prado que se celebra el día 31 de julio, con el nombramiento de las Dulcineas y el Pandorgo por el Alcalde y el posterior desfile y ofrenda a la Virgen, el Festival Nacional de la Seguidilla y los Toros de Fuego. La Semana Santa se vive con especial intensidad en esta ciudad, en ella participan 24 hermandades con 34 pasos casi todos ellos portados por costaleros, que convocan a casi 5.000 cofrades; está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2006. Aquí siguen teniendo gran tradición la Fiesta de los Mayos, la noche del 30 de abril grupos ataviados con trajes regionales cantan los tradicionales Mayos a la Patrona, la Virgen del Prado y la ciudad se engalana con bellas "cruces de mayo".

ALMAGRO

Su nombre procede del almagre o arcilla roja, que todavía se emplea para pintar la madera, por eso los árabes lo llamaron Al-magrib. Su entorno nos presenta una rica variedad de paisajes ya que se encuentra situada en la transición de dos comarcas naturales con paisajes muy definidos, el Campo de Calatrava y la Mancha. Los alrededores que se corresponden con el primero están trufados de cráteres volcánicos entre los que destacan el emblemático volcán mixto de la Yezosa y la Hoya de Cervera. La otra parte se corresponde con un paisaje más horizontal marcado por las grandes extensiones de viñedo.

Es esta una antigua ciudad cabeza de la Orden y Campo de Calatrava cuyos orígenes los encontramos en el Paleolítico con asentamientos de la Edad del Bronce como la Motilla de los Palacios; también se han encontrado restos de época romana en cuya época fue un importante nudo de comunicaciones. A partir del siglo XIII empieza su desarrollo; la iglesia, los hidalgos y los labradores fueron los artífices y mecenas de un excepcional patrimonio arquitectónico declarado Conjunto Histórco Nacional en 1972.

Tras la gran victoria cristiana de las Navas de Tolosa, los caballeros calatravos trasladaron su sede aquí en 1222. Para limitar su poder, Alfonso X fundó Ciudad Real en 1225 y desde entonces ambas villas rivalizaron por la capitalidad manchega. Su importancia no decreció con el declive de la Orden, ya que en ella se asentaron posteriormente los Fugger y los Welser, banqueros de Carlos I que supieron explotar la riqueza de Almadén, y llegó a ser capital de la provincia de la Mancha entre 1750 y 1761. A pesar de recibir el título de Ciudad en 1796, no recuperó la capitalidad ya que la ostentó Ciudad Real desde 1833. Con la desamortización se suprimió la Orden de Calatrava, en 1824 se cierra su Universidad y posteriormente el traslado de la sede episcopal a Ciudad Real sumió a Almagro en una decadencia de la que no se recupera hasta finales del siglo XX cuando, gracias a su rico patrimonio, a un creciente desarrollo de la industria y la agricultura, al haberse convertido en uno de los centros principales de comercio de la provincia, a la celebración de su Festival de Teatro Clásico, y a ser en uno de los mayores atractivos turísticos de la provincia, ha experimentado una importante recuperación económica.

Todo en Almagro respira una insólita belleza que contrasta con la típica fisonomía de las villas manchegas. De obligada visita es su Plaza Mayor, en su origen plaza de armas y posteriormente centro de una feria de comercio, de planta rectangular irregular, inspirada en las flamencas, formada por dos flancos de soportales de columnas bajo dos galerías corridas. En una de ellas se localiza su famoso Corral de Comedias descubierto en 1954; su tipología es de principios del XVII y acoge, junto a otros espacios de la ciudad, todos los años, el Festival Internacional de Teatro Clásico en el mes de julio. Se trata de un patio de unos 300 m² rodeado de 54 pies rectos de madera de color almagre (rojo óxido) que, a su vez, se apoyan en basas de piedra para proteger a estos de la humedad. Posee dos pisos con aposentos y ganchos para el telón que había de defender del sol y las velas o candiles de aceite. En el patio hay un pozo situado a la entrada donde debía estar la alojería para surtir de refresco a los espectadores. Cuenta con un aforo de unas trescientas personas.

El Festival Internacional de Teatro anual que se celebra desde 1978 ha obligado a habilitar en la ciudad numerosos espacios dramáticos alternativos a su famoso Corral de Comedias entre los que destacan los siguientes:

El Teatro Municipal, construido en 1863, de estilo neoclásico, tiene capacidad para 530 personas. El Hospital de San Juan de Dios es un moderno espacio escénico donde pueden representarse las obras con más exigencias técnicas. Se trataba de un edificio compuesto por diversas dependencias que albergaban un hospital y un convento, con un importante desarrollo durante los siglos XVII y XVIII. Se conserva la nave de la iglesia y la enfermería.

Se usan también otros espacios como la antigua Universidad, el patio del Museo Nacional del Teatro o el entorno de la Ermita de San Juan. En la parte norte de la plaza nos encontramos con los Palacios Maestrales, del siglo XV, que fue sede de la Orden de Calatrava desde el siglo XIII y que actualmente alberga el Museo Nacional del Teatro. En él nos encontramos con abundante iconografía teatral pictórica (retratos de actores, fundamentalmente), escultórica, de figurines, bocetos de escenografías, carteles, fotografías, trajes y maquetas, biblioteca con ediciones y manuscritos entre los siglo XVIII y XX, y un importante fondo de partituras musicales.

Recorriendo sus calles nos topamos con importantes palacios y casas solariegas, que dan cuenta de la importancia y realce que llegó a tener Almagro: el de los Marqueses de Torremejía, situado en la plaza de Santo Domingo, fue construido en el siglo XVI y reformado en el XVII; el palacio de los Condes de Valdeparaíso, propiedad de la Excma. Diputación Provincial de Ciudad Real; el de los Medrano, construido en el siglo XVI convertido en casino durante el siglo XIX; el palacio de los Oviedo; de los Villarreal-Robles o del Marqués de Las Hormazas, construido en el siglo XVI; el de los Fúcares, del mismo siglo, erigido por los Fúcares o Függer para administrar y almacenar el mercurio procedente de las minas de Almadén y el grano procedente de las rentas de los Maestrazgos. Tras la marcha de los Fúcares, a finales del siglo XVIII, tuvo distintos usos, siendo adquirido por el Ayuntamiento hacia 1984 procediendo a su restauración. En la actualidad es sede de la Universidad Popular de Almagro y otro de los espacios escénicos del Festival. Son igualmente reseñables la Casa del Mayorazgo de los Molina y la Casa de los Rosales; las portadas de la Casa de los Wessel (apoderados de los Fugger) y de la Casa de los Xedler, ambas del siglo XVI, la Casa del Prior y la Casa del Capellán de las Bernardas.

La arquitectura religiosa la encontramos magníficamente representada en la iglesia de la Madre de Dios ubicada en lo que fue Hospital de Nuestra Señora de La Mayor. Es del gótico tardío con rasgos renacentistas, tiene planta de salón. Las naves, de igual altura, están cubiertas por bóvedas de crucería. En el altar mayor se venera la imagen de la patrona, la Virgen de las Nieves, en los meses que la imagen permanece en la ciudad. Es el templo de mayores dimensiones de toda la provincia, superando en espacio a la propia Catedral de Ciudad Real. La fachada, con grandes contrafuertes, tiene un gran rosetón de ladrillo fechado en 1602. La torre, inacabada y construida en el lateral derecho de la fachada, es obra de Benito de Soto en el siglo XVII. La iglesia de San Blas, originalmente denominada de San Salvador hasta el siglo XVIII, momento a partir del cual se puso bajo la advocación de San Blas, mantiene en la actualidad su actividad religiosa y alberga una programación centrada en conciertos de música durante el Festival de Teatro.

El Convento del Santísimo Sacramento de los Agustinos es uno de los más importantes. Sufrió los estragos de la Desamortización y actualmente solo queda la iglesia, denominada de San Agustín. Se trata de una iglesia de estilo barroco y planta de cruz latina con una gran nave central cubierta por bóveda de cañón con lunetos. En los paramentos, bóvedas y cúpula existe un enorme conjunto de pinturas al fresco que pertenecen al barroco. Actualmente no es utilizada para el culto, es usada por el Museo Nacional del Teatro como complemento a su programación habitual. Este sitio, declarado Bien de Interés Cultural desde el año 1993, se ha concebido como un espacio expositivo, organizándose importantes exposiciones durante el Festival, aunque también han tenido lugar representaciones de teatro.

El Convento de Santa Catalina de Siena alberga en la actualidad el Parador Nacional de Turismo y lo fundó Jerónimo de Ávila en el siglo XVII siguiendo las voluntades finales de su mujer. Los franciscanos lo habitaron a partir de 1612 y del conjunto primitivo y hábilmente reconstruido solo queda la iglesia, de cruz latina (actual ermita de San Francisco), el claustro conocido como "Patio del laurel" y el refectorio con artesonados del siglo XVI. Otra buena representación del patrimonio de Almagro es el Convento de la Encarnación Dominica: su iglesia, que probablemente se terminó en 1597, está formada por una nave con capillas laterales, en la que destaca una excelente Anunciación de Vicente Carducho en el altar mayor; de las capillas es de reseñar la de los Orduña. La portada se remató en el siglo XVIII con un magnífico escudo de los condes de Valdeparaíso. En la esquina con la calle Dominicas, existe una pequeña capilla que alberga al "Cristo de la Salud", talla del siglo XVII.

El Convento de la Asunción de Calatrava comienza a construirse, como hospital, en 1519. Después se convirtió en monasterio. Habitado por los calatravos entre 1827 y 1836, también sirvió de cuartel después de su restauración de 1860, para volver a ser ocupado por los Padres Dominicos a finales de siglo. Es uno de los tres conventos situados extramuros de Almagro, fuera de lo que fue el recinto amurallado de la ciudad, junto al Convento de Santo Domingo y el Convento de Santa Catalina. Es el de arquitectura más ambiciosa y espectacular. La iglesia fue lo primero en edificarse y su estructura es gótica con elementos renacentistas; cuenta con un magnifico claustro, que ha servido también para representaciones dramáticas durante el Festival y es de planta rectangular con dos galerías, con 60 columnas de mármol de Carrara. El patio aparece circundado por siete puertas y dos ventanas de rica talla plateresca. En 1854 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.

Convento de Nuestra Señora del Rosario. Antigua Universidad Renacentista, su fundación se debe al clavero de la Orden de Calatrava, Frey Fernando Fernández de Córdova y Mendoza. El 18 de octubre de 1574, dieron comienzo las clases en las facultades de Teología, Arte y Filosofía; cuando se terminó las obras del Colegio-Universidad, se implantaron el resto de estudios de Lengua Latina, Sagradas Escrituras y Cánones. Se clausuró y expulsó a los dominicos en 1835, momento a partir del cual fue sufriendo una progresiva desmantelación, cayendo en el olvido.

Y por último destacan las ermitas de San Blas, la más antigua, del gótico tardío, con una bella portada plateresca y la de San Juan Bautista, construida en el siglo XVII, que presenta diversas edificaciones, destacando la Capilla de la Virgen de los Remedios con una decoración de pintura al fresco con alegorías marianas y del Paraíso y pasajes de la vida de la Virgen.

A 8 km se encuentra el santuario de la Virgen de las Nieves, terminado en 1641, en el que destacan el camarín de la Virgen y adosada a este, una plaza de toros.

Los amantes de la artesanía no deben dejar de admirar los famosos encajes de bolillos en un buen número de establecimientos y en el museo dedicado a estos y a la blonda. La Semana Santa de Almagro goza de justa fama por su vistosidad.

El producto más típico y famoso de Almagro es la berenjena, que se prepara con un aliño de procedencia árabe. Se trata de una verdura con indicación geográfica protegida. Otros platos de la comarca son los duelos y quebrantos, el tiznao y somallao, el asadillo manchego, las gachas, y el pisto manchego, así como las judías verdes con el mismo aliño de las berenjenas.

BOLAÑOS DE CALATRAVA

Población situada en la cuenca de un pequeño afluente del Guadiana, el arroyo Pellejero en la que se ha documentado la presencia del hombre desde época romana. Fue un importante cruce de caminos donde confluían las calzadas de Toledo a Córdoba y Mérida a Zaragoza, aunque su historia está íntimamente ligada al castillo de doña Berenguela o de san Fernando, por atribuirle la tradición popular ser el lugar de nacimiento del rey Fernando III El Santo. El castillo es una fortaleza árabe construida entre los siglos X y XI de planta cuadrangular con torres en cada esquina que reforzaban y defendían la muralla perimetral. El recinto está completamente almenado y rodeado de un foso excavado en la roca. En su interior existen restos árabes: unos baños, aljibes y muros de anteriores estancias. Posee dos torres, la del Homenaje, con ventanas geminadas en sus laterales y mazmorra en la parte inferior y la torre Prieta de la que solo se conserva una pequeña parte; el castillo alberga un amplio patio de armas que incluso se llegó a utilizar como plaza de toros. La fortaleza fue edificada para custodiar la vía militar de Toledo a Córdoba. En 1229, tras la Reconquista cristiana, fue donado por doña Berenguela a la Orden de Calatrava, que lo convirtió en la sede de la Encomienda de Bolaños. En 1520 se reparó para combatir el levantamiento comunero. En el siglo XIX, se subastó al haber desaparecido la encomienda de Bolaños y pasó a manos privadas.

Destaca en la plaza la iglesia parroquial de San Felipe y Santiago de finales del siglo XVI, de estilo renacentista, con una sola nave con cabecera poligonal que se cubre con bóvedas estrelladas, tiene cuatro capillas laterales añadidas posteriormente de las que cabe destacar el baptisterio, que está a los pies de la nave y que se cubre con una bóveda de ladrillo. Es de admirar la pila bautismal del siglo XVI, decorada con el escudo de la villa labrado y que ha sido colocada al pie del presbiterio. Del siglo XVII es un calvario pintado al fresco sobre la hornacina de San José. En el exterior destaca la fachada, con un rosetón abocinado de ladrillo de barro cocido, y la portada, de arco de medio punto, realizada en piedra caliza con dos medallones en los que aparecen la cruz de Calatrava con dos eslabones a los pies y las llaves de San Pedro puestas en aspa.

La ermita de San Cosme y San Damián o del Cristo de la Columna, cercana al castillo, tiene una sola nave y planta de cruz latina. La portada de piedra caliza y arco de medio punto tiene una puerta con dos hojas de madera con casetones datados del siglo XVII. En su interior, hemos de destacar el retablo barroco en cuya hornacina central podemos contemplar la imagen del Cristo de la Columna, patrón de la localidad. En las calles laterales del retablo están las imágenes esculpidas de San Cosme y San Damián. Las paredes de la nave están decoradas con restos de pinturas góticas recientemente descubiertas y en proceso de restauración. La ermita de Nuestra Señora del Monte, construida a base de ladrillo enlucido y cal: la nave es de planta rectangular y se cubre con una bóveda de cañón decorada con pinturas de las cruces de las órdenes militares de Montesa, San Juan y Santiago. El presbiterio es de planta rectangular con bóveda de arista. Está decorada con un medallón en el que aparece pintada la cruz de la Orden de Calatrava.

Conserva algunas casas particulares de los siglos XVII, XVIII y XIX de cierto interés y gran valor ambiental, claros exponentes de la arquitectura popular manchega conocidas como la casa de Sancha López del Peral o la denominada de los Coca, con un bello escudo de mármol sobre la portada

La Semana Santa de Bolaños está enmarcada dentro de la Ruta de la Pasión Calatrava, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. Dentro de los diferentes actos podemos destacar "El Prendimiento", que se celebra el Jueves Santo por la tarde. En este acto los Armaos y la Hermandad de Jesús de Nazareno representan cómo prenden a Jesús en el huerto de los olivos. La procesión de El Paso que se realiza el Viernes Santo por la mañana y en la que se canta la sentencia de Jesús y La Caída que se celebra el Sábado Santo por la mañana y en la que los Armaos representan el momento de la Resurrección de Jesús y a continuación realizan el Caracol y la Estrella en movimiento.

VALDEPEÑAS

Conocida como la Capital del Vino por sus excelentes caldos con Denominación de Origen propia, situada en el centro del Campo de Calatrava. Su nombre significa valle de peñas, por estar situada en un amplio meandro del río Jabalón rodeado de cerros (estribaciones de Sierra Morena que marcan el límite sur de la llanura manchega justo en esta localidad) y por abundar en su subsuelo la roca caliza. De su pasado nos hablan la gran cantidad de restos arqueológicos localizados en su término municipal entre los que se encuentran múltiples restos prehistóricos, como plataformas y torres de vigilancia situadas en los montes próximos, y levantadas por pobladores del Bronce Pleno a fines de la Cultura de las Motillas datadas entre los siglos XX y XIII a. C.; pero es a partir de finales del siglo VII a. C. es cuando alcanza su mayor esplendor con el poblado ibérico del Cerro de las Cabezas, situado a 7 km al sur de la ciudad. Es un gran oppidum o poblado fortificado perteneciente a la Oretania. El poblado estuvo habitado entre los siglos VII y III a. C. cuando fue destruido y abandonado. Es uno de los yacimientos arqueológicos más extensos de la provincia de Ciudad Real y uno de los más importantes de la Cultura Oretana. Se puede visitar junto con el inaugurado Centro de Interpretación. En las últimas excavaciones han aparecido restos que podrían sugerir los primeros vestigios del cultivo de la vid en estas tierras.

La ciudad se desarrolla en torno a la Plaza de España que conserva tres de sus lados porticados mediante soportales arquitrabados que sostienen fachadas de gusto historicista decoradas en color blanco y añil, y el cuarto lo ocupa la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, originariamente del siglo XII, finalizada a mediados del XVI, con interesantes puertas al exterior y magnífico retablo, que conserva seis tablas del primitivo del siglo XVI atribuidas al pintor renacentista Yáñez de la Almedina y la talla de la Virgen de la Consolación, patrona de la localidad, obra de Gregorio.

De interés son igualmente la iglesia barroca de los Trinitarios, al igual que la del Santo Cristo de la Misericordia, la ermita de la Vera Cruz, construida posiblemente sobre una antigua sinagoga en los siglos XVI y XVII y la ermita de San José, de transición del renacimiento al barroco.

Cuenta con numerosas casas muy interesantes como la de los Vascos, modernistas como la casa Izarra, casa Cruz o la casa Ruíz Poveda, así como el casino de la Confianza y unos interesantes edificios de arquitectura industrial como las Bodegas Bilbaínas y las Bodegas Los Llanos; y con unos museos que atesoran importantes colecciones de arte, el de la Fundación Gregorio Prieto, con cerca de 3.000 obras del artista, además de las coleccionadas por él, de Vázquez Díaz, Picasso, De Chirico, García Lorca, Alberti... y una muestra importante de escultura religiosa XVII y XVIII; el Museo Municipal, ubicado en una casa solariega del siglo XVI que alberga importantes restos arqueológicos de la zona, una importante pinacoteca de arte contemporáneo, producto de los certámenes que viene celebrando desde 1940 la Exposición Internacional de Artes Plásticas de Valdepeñas y las cedidas por el dramaturgo Francisco Nieva. Además cuenta con un interesante museo de escultura al aire libre que cuenta con 27 piezas que podemos ver en las calles y parques de la ciudad.

El vino, gran protagonista en esta población, es el eje en torno al que gira la colección del museo del Vino, ubicado en la antigua bodega de Leocadio Morales y en él se recoge la historia, modos de producción y elaboración... de la Denominación de Origen Valdepeñas, es un ejemplo vivo de la transición del mundo artesanal a la industrialización del siglo XX en la elaboración del vino.

Las Fiestas de Valdepeñas tienen especial reconocimiento en su Fiesta del Vino y la Vendimia, del 1 al 8 de septiembre que está declarada de Interés Turístico Nacional. Si somos amantes de la artesanía, aquí podremos visitar algunos talleres donde trabajan la tonelería, las botas, la fabricación de alfombras... En la actualidad un gran número de bodegas son visitables y en ellas se realizan catas de los excelentes vinos que en la actualidad se producen en Valdepeñas.

SANTA CRUZ DE MUDELA

Población muy visitada por sus balnearios, importante zona de caza de perdiz roja e interesante enclave artesano de gran fama debido a sus fábricas artesanas de cuchillería y navajas. Situada en la comarca de Sierra Morena. Su origen se debe al proceso de repoblación medieval que tuvo lugar después de la batalla de las Navas de Tolosa. En el siglo XIII se formó la encomienda de Mudela que junto con la villa del Viso formó parte de los territorios de la Orden de Calatrava hasta la Conquista de Granada.

Cuenta con un patrimonio arquitectónico cuyo edificio de mayor interés es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, gótica del siglo XVI, con elementos renacentistas, donde destacan sus portadas. La iglesia de san José es neogótica y el convento de las Concepcionistas de estilo historicista que conserva un rico artesonado y una bóveda pintada con decoración barroca. También merecen una visita las ermitas de san Sebastián y san Roque situada en lo alto de un cerro donde se puede visualizar toda la localidad. Cuenta la tradición que san Roque actuó como abogado del pueblo durante la peste que azotó la zona en el siglo XIX.

A tan solo 6 km, se sitúa el magnífico santuario de las Virtudes, un conjunto de ermita y plaza de toros, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1981. La Ermita se construyó en el siglo XIV con techumbre mudéjar del siglo XV y decoración barroca en el camarín y capilla mayor. La Plaza de Toros, de estructura cuadrada, es de 1645; considerada, por muchos, como la plaza de toros cuadrada más antigua del mundo que aún se conserva; su galería alta está formada por balaustrada y zapatas de madera, y columnas de piedra en la parte que da a la ermita. El conjunto está enclavado en un bello paraje de alamedas y en el que se celebran romerías desde muy antiguo.

ALMURADIEL

Nombre de origen árabe equivalente a "El Muradal", que significa muro, ya que desde aquí se abre el paso, con toda su magnificencia, al Puerto de Sierra Morena; es una típica población fundada por Carlos III en su etapa colonizadora; de gran interés es su iglesia parroquial de la Purísima Concepción declarada monumento en 1982. Construcción del siglo XVIII con una magnífica fachada siendo el interior neoclásico con reminiscencias barrocas. De la misma época se conserva un puente en la vieja carretera a Andalucía. Muy interesantes son sus fiestas de las Hogueras de san Antón.

EL VISO DEL MARQUÉS

Una población realmente sorprendente por su patrimonio y que no podemos dejar de visitar. Fue una importante zona de paso durante la Reconquista y aldea fronteriza. Originariamente su nombre era Viso de El Puerto Muradal, donde el 1157 murió Alfonso VII a su regreso de la campaña de Almería y aquí tuvo su señorío don Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz.

La plaza de Pradillo es el centro de la población y en ella encontramos la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, gótico decadente, en el interior de una nave en una de las paredes llama la atención un cocodrilo disecado de 5 m, conocido como el lagarto del Viso; albergaba una tabla de la escuela flamenca que representa el Calvario, aquí se encuentra enterrado don Álvaro de Bazán. Al exterior muestra dos interesantes portadas muy decoradas.

El palacio del Marqués de Santa Cruz es un magnífico ejemplo de palacio renacentista italianizante construido entre 1562 y 1588. Declarado Monumento Nacional en 1931 y arrendado a la Armada Española en 1948 por el simbólico precio de una peseta al año, para sede del Archivo Histórico General de la Marina.

La fachada es de gran sobriedad y contrasta con la riqueza del interior. El patio, las escaleras, los salones, todo decorado con pinturas al fresco de estilo manierista y que exaltan las empresas militares del gran Almirante y sus antepasados y fueron pintadas por Cesare Arbasía y los hermanos Juan Bautista y Esteban Perolli. En el muro que da al jardín se encuentran empotrados los bustos sepulcrales de don Alonso de Bazán, segundo Marqués de Santa Cruz y su esposa María de Figueroa, barrocos del primer tercio del siglo XVII.

Cuenta El Viso con un museo de Ciencias Naturales con una gran colección de fósiles de diferentes eras geológicas una colección de minerales, de zoología y de botánica. Es muy interesante realizar un recorrido a través del Parque Forestal del Valle de los Perales y la Sierra del Viso que cuenta con un Aula de la Naturaleza.

Natural del Viso fue la actriz del Siglo de Oro en el Mesón de la Fruta de Toledo y amante de Lope de Vega, Micaela Luján.

VILLANUEVA DE LOS INFANTES

Uno de los enclaves más interesantes de la provincia de Ciudad Real, en pleno Campo de Montiel.

En el término municipal de Villanueva de los Infantes las primeras evidencias de ocupación humana aparecen reflejadas en los yacimientos calcolíticos y del bronce del Toril, el Castellón y el Cerro de los Conejos 2500-1200 a. C.; hay numerosos testimonios de asentamiento ibérico oretano, romano altoimperial y tardorromano. No obstante, en el emplazamiento de la misma localidad no hay testimonios de ningún dato arqueológico con una cronología anterior a la Edad Media.

El poblamiento de Villanueva de los Infantes parece derivar de la confluencia de las poblaciones medievales de La Moraleja, Jamila y el Castillo de Peñaflor. Jamila, cerca del río Jabalón, frente al santuario de la Virgen de la Antigua, es un edificio columnado que, aunque tiene orígenes ibéricos, fue monumentalizado entre los siglos XIII-XIV, posiblemente formada por una comunidad judía. La primera etapa de su historia siglos XII-XV estuvo enteramente protagonizada por la presencia de la Orden de Santiago, quien se encargó de su repoblación y explotación. En 1480 el maestre don Alonso de Cárdenas mandó que se llamase Villanueva de los Infantes en alusión a D. Enrique y sus hermanos. Esta villa siguió creciendo y fue proclamada capital del Campo de Montiel (histórico) por Felipe II en 1573, momento en el que se establecieron la vicaría y la Gobernación.

Aquí nacieron santo Tomás de Villanueva en 1480, el humanista Bartolomé Jiménez Patón en 1569, Francisco Cano escultor y arquitecto, uno de los artistas más significativos de La Mancha en el tránsito de los siglos XVI al XVII; enseñó poética y murió Quevedo en una celda del convento de Santo Domingo; y Cervantes y Lope de Vega la convirtieron en un importante foco cultural.

Pocas poblaciones cuentan con el destacado patrimonio artístico de Villanueva, lo que unido a su importancia histórica hizo que fuera declarada Conjunto Histórico-artístico en 1975. Su Plaza Mayor es el elemento clave del diseño urbano donde se instalaron las principales instituciones: política y religiosa; construida a principios del siglo XVII en estilo neoclásico siguiendo una planta rectangular. La fachada sur está formada por amplias balaustradas de madera sustentadas por zapatas y en los dos laterales podemos contemplar una sucesión de edificios con arcos de medio punto, siendo el del Ayuntamiento el más destacado. Su lado norte lo ocupa la Casa Rectoral y la Iglesia Parroquialde San Andrés Apóstol, construida en el siglo XVI. Muy interesante es su portada principal, de estilo clasicista y enmarcada en un profundo arco de medio punto donde se representa el escudo de los Austrias y la figura de San Andrés. Destacan también la torre, de estilo herreriano y rematada por chapitel de pizarra. En el interior de esta veremos interesantes capillas como la de los Bustos donde fue enterrado Quevedo, la de los caballeros de Santiago, la de Santo Tomás, la del Santísimo y la cripta dedicada a Santo Tomás; un magnifico púlpito plateresco y bellos retablos.

Otros monumentos destacables son el Hospital del Remedio, del siglo XVII donde destaca la capilla del Remedio, barroca; la alhóndiga o Pósito del siglo XVI, que fue almacén de trigo, casa de contratación y posteriormente cárcel en 1719. En la actualidad es la Casa de Cultura. Del siglo XVII es una de las más bellas casas de Villanueva, la Casa del Arco, que ofrece una de las portadas más representativas de la ciudad y está declarada B.I.C., mansión solariega de un arzobispo y virrey de México; la casa de los Estudios o Colegio Menor, del siglo XVI, donde se enseñaba retórica y gramática. La casa solar de Santo Tomás de Villanueva, el oratorio y el pórtico de la Casa de la Inquisición. Destacan también la iglesia del convento de Santo Domingo, la de las Dominicas de la Encarnación y la iglesia-convento de las Franciscanas, fundado en 1561.

En torno a la calle Cervantes hay una serie de casonas y palacios de interés: la casa-cuartel de los Caballeros de la Orden de Santiago; la del Marqués de Melgarejo con una impresionante fachada, del siglo XVII, que guarda destacadas pinturas como las de Carreño y Juan de Juanes; el palacio de los Bustos, del siglo XVI, con magnífico patio y portada y la del Caballero del Verde Gabán, personaje citado por Cervantes en el Quijote; el palacio de los Revuelta, declarado B.I.C.; el de los Fontes o el de los Ballesteros del segundo tercio del siglo XVI. Muchas más iglesias y casas solariegas nos iremos encontrando al pasear por las calles de esta población manchega que ha sabido, como pocas, conservar de manera ejemplar su patrimonio.

En los alrededores se encuentran el puente romano sobre el río Jabalón, declarado B.I.C. en 1993, en el camino de Juan Abad; a 2 km la denominada Cueva de la Mora, junto al Molino del Santo, eremitorio de época mozárabe; el santuario de Nuestra Señora de la Antigua, cuya romería se celebra el 8 de septiembre, una interesante talla del siglo XIII conocida en la Edad media como Santa María de Jamila, y las ermitas de San Miguel, la de Jesús y la de San Sebastián.

Gran tradición tiene la fiesta de los Mayos, del 30 de abril al 1 de mayo y que continúa con la de las Cruces la noche del 2 al 3. Ese día se instalan cruces en las casas, en las ermitas y calles; como aviso de que existe una cruz, se enciende una hoguera en la puerta y los mayos recorren las distintas cruces con instrumentos de cuerda, tocando la música de los mayos con diferentes letras a las interpretadas en honor de la Virgen y las mujeres. A los mayeros se les obsequia con el puña: trigo tostado, anises y vino. Estas fiestas están declaradas de Interés Turístico Regional. Otras fiestas de interés son San Antón (17 de enero), Jueves Lardero (jueves anterior al Miércoles de Ceniza) y la Semana Santa. Se celebra en el mes de agosto un Festival Internacional de Música Clásica, Jornadas Internacionales de Folclore del Campo de Montiel el primer fin de semana de septiembre.

En Villanueva de los Infantes podemos disfrutar de los platos y vinos típicos de la Mancha. El plato más típico y autóctono de la localidad es la "ensalá de limón", que se realiza con zumo y pulpa de limón, cebolla, aceite, pimentón y manzana o naranja. Otros platos tradicionales son los galianos, las migas, el tiznao, los huevos a la porreta, el ajo y el pisto manchego. Sus vinos pertenecen a la Denominación de Origen de la Mancha y su aceite a la del Campo de Montiel.

MANZANARES

La Leal Villa y Ciudad Fidelísima, situada junto a la autovía de Madrid-Andalucía de gran importancia agrícola, ganadera e industrial y tierra de buenos caldos. Es una de las más destacadas poblaciones de la Mancha, importante cruce de caminos ya desde época romana. Perteneció primero a la Orden de Santiago hasta que pasó a la de Calatrava en 1239. En esa fecha se construyó el castillo de Pilas Bonas, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y que ha sido recuperado recientemente y en el que se estableció la Encomienda de Manzanares; conser5va la torre del homenaje, la plaza de armas y la antigua capilla, entre otros elementos.

El edificio más notable es la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, construida a finales del siglo XIV y principios del XV pasando por distintas fases hasta el siglo XVIII, situada en la plaza principal. Se trata del templo más grande de toda la diócesis de Ciudad Real, ya que a la imponente nave central de 1.200 m2 se suma el espacio de cinco capillas de gran tamaño, además de la sacristía, ante-sacristía, archivo... El elemento más emblemático es la portada plateresca proyectada por Enrique Egas el Mozo, ejemplar del siglo XVI con un tímpano con relieve de la Asunción, Dios Padre y ángeles músicos. La iglesia parroquial fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento el 8 de octubre de 1991.

De la arquitectura religiosa se puede destacar el convento de Concepcionistas Franciscanas Descalzas, cuya iglesia es de finales del siglo XVI con reformas del XVII y XVIII; la ermita de la Vera Cruz, cuyo interior alberga las imágenes del Cristo de la Vera Cruz y de Nuestro Padre Jesús del perdón, patrón de la ciudad.

La arquitectura civil está representada por su Ayuntamiento, un edificio de los años 20 del pasado siglo. Y el Gran Teatro, una construcción de 1995 siguiendo los planos del construido en 1911 y demolido en los años setenta. En el casco antiguo se conservan algunas casas de los siglos XVII y XVIII y una más popular llamada Casa del Santo, en esquina, con patio interior y balconcillo de madera; la casa del Marqués de Salinas... La arquitectura industrial está representada por su antigua fábrica de harinas.

En su famosa plaza de toros, edificada en 1900, en 1934 murió Ignacio Sánchez Mejías al que Lorca le dedicó estos emotivos versos:

A las cinco de la tarde.

Eran las cinco en punto de la tarde.

Un niño trajo la blanca sábana

a las cinco de la tarde.

Una espuerta de cal ya prevenida

a las cinco de la tarde.

Lo demás era muerte y solo muerte

a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones

a las cinco de la tarde.

Y el óxido sembró cristal y níquel

a las cinco de la tarde.

El Museo Manuel Piña es un espacio para mostrar y difundir la obra de este diseñador manzanareño, una de las figuras más relevantes de la moda española desde finales de los años 70 hasta principios de los 90 del siglo XX. Las colecciones del museo son donaciones de la familia del creador, así como aportaciones de colaboradores y amigos. El museo expone vestidos y complementos, fotografías y vídeos, y además se aloja en un espacio singular: las antiguas bodegas de una casa solariega, dentro del Centro Cultural Ciega de Manzanares, poetisa del siglo XIX nacida en la localidad.

De gran interés es el Festival Internacional de Teatro Contemporáneo Lazarillo, que se viene desarrollado desde 1971 en la última quincena de agosto.

A principios del mes de julio, tiene lugar la Feria Nacional del Campo (FERCAM), una de las exposiciones agrícolas más antiguas del país, puesto que se viene celebrando desde 1960, y que por su importancia y volumen comercial, se sitúa en la cabeza de los encuentros agrarios y ganaderos más importantes.

No puedes dejar de visitar el Museo del Queso Manchego, el único en todo el mundo dedicado únicamente a este rico manjar, en el que se apuesta por dar a conocer la amplia tradición que la localidad posee a cerca de la elaboración de este famoso producto. Además aquí se celebra Feria Nacional del Queso, una cita ineludible en el mes de abril que refuerza la importancia de este producto en la comarca.

ARGAMASILLA DE ALBA

Un típico pueblo manchego, rico enclave arqueológico, con restos de Motillas como la del Retamar y de Santa María del río Guadiana, poblados de la Edad del Bronce Pleno o los restos romanos y visigodos encontrados en los parajes de la Moraleja y el Sotillo, fustes de columnas e interesantes frisos de un templo paleocristiano del siglo V-VI d. C. La primera mención al topónimo Argamasilla lo encontramos en la donación del Castillo de Argamasiella a la Orden de San Juan en 1214; la población alcanzó su apogeo en el final del siglo XVI, que culmina con la concesión del título de Villa en 1612 por Felipe IV. Un siglo más tarde, esta villa gozó de gran apogeo gracias, entre otras cosas, al establecimiento de bastantes familias moriscas, que venían emigrando después de los acontecimientos provocados por la rebelión de las Alpujarras. Estos nuevos vecinos aportaron todo su saber en técnicas de cultivo, riego y construcción. En el siglo XVIII, a petición del infante don Gabriel (hijo de Carlos III), que por entonces era prior de la orden de San Juan, se construyó el Gran Canal del Priorato de San Juan Gran. Este canal transcurre por el centro de la villa y en los comienzos del siglo XXI sigue en funcionamiento.

Aquí, en la Casa del Medrano, cuentan que Cervantes, estando preso, dio comienzo al Quijote. Situada en una esquina en el centro de la población, tiene una sola planta y cueva en dos niveles, a la que se accede por el patio, fue declarada monumento histórico en 1972. La cueva es la única parte de la edificación que conserva su aspecto original, el resto de la casa fue reconstruido, a principios del siglo XX, tras un incendio, y restaurada en 1990 por el Ayuntamiento tras su adquisición. Actualmente acoge un centro cultural en el que se encuentra la Galería Gregorio Prieto, en la que se exponen casi una veintena de obras de este pintor de Valdepeñas, la Oficina Municipal de Turismo y el Auditorio, que, durante las Jornadas de Teatro Cueva de Cervantes (celebradas en el mes de agosto), se convierte en un corral de comedias.

Otro edificio significativo es la popular casa del Bachiller Sansón Carrasco (en la actualidad, una vez adquirido por el Ayuntamiento se está procediendo a su rehabilitación), donde la tradición popular sitúa la residencia de Don Alonso López, en quien estaría inspirado el Caballero de los Espejos de la obra El Quijote.

De notable interés es la iglesia parroquial de San Juan Bautista, obra del siglo XVI con algunas capillas laterales del XVII. En la de la Virgen de la Caridad de Illescas se encuentra una pintura exvoto de don Rodrigo Pacheco, fechada en 1601 y en ella aparecen como orantes una dama y un caballero con ojos espantadizos y largos bigotes; dicho caballero es el propio don Rodrigo, personaje que posiblemente ordenó encerrar a Cervantes por los amoríos de este con su sobrina, y que le inspiraría para retratar a Don Quijote.

Azorín en su ruta del Quijote hace referencia a este personaje cuando narra la conversación mantenida con don Cándido y este le replica: "Pues yo digo que don Quijote era de aquí; don Quijote era de el propio don Rodrigo de Pacheco, el que está retratado en nuestra iglesia, y no podrá nadie, nadie, por mucha que sea su ciencia, destruir esta tradición en que todos han creído y que se ha mantenido tan fuerte y tan constante...".

Cuenta también con un Pósito de los siglos XVI al XVIII. A 12 km, junto a la presa del pantano, se encuentra el castillo y santuario de Peñarroya, lugar de romería para las gentes de Argamasilla y La Solana que comparten patrona, la Virgen de Peñarroya. El castillo musulmán pasó en 1215 a manos de la Orden de San Juan y conserva dos recintos murados, foso, torre del homenaje, cuatro torreones y patio de armas, donde se encuentra la puerta principal del Santuario; contiene este un retablo barroco y pinturas murales, la imagen de la Virgen, del siglo XVII, se guarda en un camarín con pinturas y copias de cuadros de Murillo y Rafael. 6 km aguas arriba del castillo se han encontrado restos romanos en el Sotillo.

RUIDERA

El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, ocupa una extensión de 3.772 hectáreas que conforman una de las zonas lacustres más importantes de la Península Ibérica. Se trata de una sucesión de 15 lagunas de tamaño mediano o pequeño que discurren a lo largo de 30 kilómetros de terreno compartido entre las provincias de Albacete y Ciudad Real y pertenecen a los términos municipales de Ossa de Montiel, Argamasilla y Villahermosa, y desde la primera a la última existe un desnivel de 120 m; cada una recibe un nombre, según remontamos nos encontramos con la Cenagosa, la Celadilla, Cueva Morenilla, Laguna del Rey, La Colgada (con bellísimas cascadas y que comparten dos provincias limítrofes), Santos Morcillo, Batanas, Salvadora, Lengua, Redondilla, San Pedro, Tinaja, Tomilla, Conceja y la Blanca.

Las diferentes lagunas que lo componen se encuentran unidas entre sí por pequeños arroyos y cascadasque se abren paso a través de barreras naturales de roca sedimentaria travertina, muy habitual en la geología del Parque. Este conjunto lagunar y su entorno disponen de comunidades vegetales típicamente meseteñas entre las que dominan los encinares, que conviven con la sabina albar, olmos, álamos, chopos y un denso matorral compuesto por coscojares, aliagas y espinos; en las orillas aparecen juncos, carrizos o eneas. La riqueza faunística es la propia de los humedales del centro de España, son de especial interés las aves acuáticas como el ánade real, el pato colorado, la focha común, el somormujo, la garceta y el porrón moñudo, y gran cantidad de rapaces como el azor o las águilas culebrera y perdicera, anfibios, nutrias, zorros, conejos, avutardas y sisones.

Existen varias rutas que recorren el parque acercando al visitante a sus atractivos naturales, paisajísticos y culturales; algunas de ellas son la de la Laguna Blanca, la de Don Quijote, la de las Hazadillas o la de la Cruz de las Monjas. Además del senderismo, las lagunas de Ruidera son un lugar más que apropiado para la práctica de otras actividades como la observación de aves o determinados deportes acuáticos.

Ruidera, población que surgió junto al Puente del Rey y la Casa del Rey. El origen del nombre Ruiderano está claro, hay varias teorías pero la que parece más acertada es que el toponimo de Ruidera podría estar ligado al ruido producido por las cascadas que caían de lagunas más altas a otras más bajas. Los orígenes de esta población se remontan a la Prehistoria debido sin duda a las idóneas condiciones habitables del lugar. Podremos encontrar constancia de ello en la Mesa del Almendral donde aún quedan restos de los primeros pobladores y se remontan al periodo del Paleolítico Inferior, aunque es en la Edad de Bronce, cuando aparecen restos visibles, motillas y morras. De la época romana también existen un gran número de yacimientos, villas, casas aisladas, destacando una vía romana que recorría longitudinalmente las lagunas. Entre los años 1213 y 1217 Ruidera pasa a manos cristianas y las órdenes militares de San Juan y Santiago administran el territorio de las lagunas.Es en el siglo XVII durante el reinado de Carlos III cuando la zona experimenta un auge importante. Todavía permanecen en pie algunos edificios, junto a la Laguna del Rey, como la casa del administrador de la fábrica de la pólvora, y el canal del Gran Prior, obra de Juan de Villanueva por encargo del Rey, entre otros.

OSSA DE MONTIEL

Durante seis siglos fue parte del antiguo Campo de Montiel, desde comienzos del siglo XIII, tras la Reconquista de este territorio, y hasta 1833 cuando se produce la división provincial aún vigente. Entonces se convirtió en el único municipio del Campo de Montiel que se integró en la provincia de Albacete, mientras que el resto pasó a formar parte de la provincia de Ciudad Real. Perteneció al concejo de Alcaraz, en su entorno hay restos de presencia humana desde la Prehistoria, en la Laguna Tinajas podemos observar petroglífos, grabados rupestres de distintas épocas, remontándose al Eneolítico los más antiguos, están declarados B.I.C. desde 1997. Fue fundada por los romanos en el Valle de San Pedro con el nombre de Caput Fluminis Anae. Los visigodos dejaron huella de su paso en la antigua ermita de San Pedro.

Dentro del casco urbano de la localidad se sitúa la iglesia parroquial de Santa María Magdalena. El templo es una construcción gótica de principios del siglo XVI el espacio es totalmente rectangular, arcos diafragma transversales, cubierta mudéjar de madera y coro alto a los pies sostenido por pilares. En el exterior la fachada está rematada en una curiosa espadaña y la portada se abre en arco de medio punto.

Se ha instalado un Museo Etnográfico en una antigua casa de peones camineros rehabilitada, compuesta de dos plantas acondicionadas en cinco salas más la parte exterior, donde se recogen los oficios y tradiciones de lo que vivían en épocas pasadas las gentes del pueblo.

Nuestra visita continúa en los alrededores de la Ossa, donde visitaremos la Cueva de Montesinos y el Castillo de San Felices o Rochafrida. La Cueva de Montesinos se halla a 5 km de la población, es una formación Kárstica de poca profundidad, al fondo de la cual se encuentra una pequeña laguna formada por el agua de lluvia filtrada a través de sus paredes y que está comunicada mediante corrientes subterráneas con el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. El valor principal de esta cueva es el literario ya que Miguel de Cervantes centra en ella el desarrollo de los capítulos XXII y XXIII de la segunda parte del Quijote: hizo descender al protagonista con una soga al fondo de la cueva, quedándose profundamente dormido por espacio de una media hora, lo que al personaje le parecieron tres días, espacio de tiempo en el cual tuvo el mágico sueño, aquí nos narra el mayor encantamiento de la literatura española en el cual el mago Merlín tiene encantadas a más de quinientas personas, entre ellas el noble Montesinos, personaje recurrente de la épica castellana, Doña Ruidera con sus siete hijas y dos sobrinas, el caballero Durandarte, junto con su escudero Guadiana, gran amigo muerto en Roncesvalles; también vio a tres labradoras saltando como cabras, que resultaron ser Dulcinea del Toboso y sus dos acompañantes...

Rochafrida es un castillo de origen musulmán, construido hacia el siglo XII y que pasó a manos cristianas tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Se trata de un castillo de tipo y destino militar con recinto amurallado, del cual hoy en día solo se conservan restos de un torreón cilíndrico y parte de la muralla con alturas de 6 m. Pero al igual que la Cueva de Montesinos la mayor importancia del castillo tal vez sea la literaria, ya que en torno al castillo se encuentran los romances mencionados en el Cancionero General de 1511 en el de Rosaflorida y Fontefrida. Rosaflorida es la dueña del castillo enamorada del noble Montesinos y Fontefrida es la fuente que hay a la entrada del castillo. La fortaleza se eleva en una zona rocosa que domina un valle que antiguamente fue laguna lo que le sirvió de foso natural.

EL BONILLO

Una población que cuenta con grandes espacios naturales (casi todo el término municipal es zona de especial interés ornitológico); perteneció a la jurisdicción de Alcaraz hasta que en 1538 adquirió la condición de villa gracias al privilegio que le otorgó Carlos I "Haciéndole merced a la Villa de El Bonillo de eximirla de la ciudad de Alcaraz donde era sujeta, y hacerla villa de sí y sobre sí y darle jurisdicción civil y criminal (...) Y os damos poder y entera facultad para que podáis poner y tener, y pongáis y tengáis horca y picota (...)». Esta picota es la hoy conocida como Rollo de San Cristóbal conservada en las afueras. Los edificios más remarcables son el Ayuntamiento, un edificio de la segunda mitad del siglo XVI, de doble planta con dos arquerías, ocho en la superior y cuatro en la baja formando soportales; sufrió una ampliación en el siglo XVIII, con portada adintelada sobre pilastras toscanas.

Junto a la Plaza Mayor se encuentra la iglesia parroquial de Santa Catalina, obra del siglo XVIII, construida sobre otra anterior del XVI. En esta iglesia es muy venerado el Cristo de los Milagros, de poética tradición del siglo XVII. En la torre presenta una ventana plateresca y una escalera de caracol; en el interior destaca un interesante retablo barroco del siglo XVIII, y un museo parroquial que entre otras maravillas exhibe un Cristo con la Cruz a Cuestas de El Greco, un cuadro de Vicente López relativo a los milagros del Cristo, la Magdalena de Andrea del Sarto, y un San Vicente atribuido a Rivera.

El conjunto urbano conserva una mágnifica arquitectura popular con bellísimas rejas en muchas de sus casas.

En honor del Santísimo Cristo de los Milagros se realizan dos romerías anuales, una el 4 de marzo y otra el 14 de septiembre y se conmemoran, respectivamente, el milagro acaecido en casa de Antón Díaz en el año 1640, según la inscripción que podemos leer en el cuadro que se encuentra en el museo parroquial y la exaltación de la Cruz. Se celebra una novena por las noches, al repique de las campanas, los mozos saltan sobre las hogueras encendidas en las calles. Su fiesta principal es la Semana Santa, con sus reconocidas bandas de tambores y cornetas, que fue declarada de Interés Turístico Regional. También se celebra anualmente la Feria de las Artesanías y las Tradiciones. Los telares de esta población adquirieron gran notoriedad en el pasado.

En el territorio que transcurre entre El Bonillo, Lezuza y El Ballestero hay un conjunto de pequeñas depresiones Kársticas con el fondo impermeabilizado por arcillas. Forman parte del grupo de lagunas de la Mancha que juegan un importante papel ecológico en el paso de aves migratorias entre Europa y África. Son las lagunas de Navalcudia y la Nava del Conchel.

MUNERA

Unos piensan que su nombre proviene del árabe munayira, pequeña atalaya, otros como el Padre fray Esteban Pérez de Pareja cuando habla en su obra sobre La Primera Fundación de Alcaraz del año 1740, que Munera la fundó el rey Muno, y de aquí su antiguo nombre íbero de Munóbriga. El pueblo y su término pueden considerarse como una inmensa estación arqueológica de primer orden: hachas de piedra tallada pulimentada, del Neolítico y del Paleolítico, puntas de flecha de pedernal, de hierro y de cobre, candiles... En sus inmediaciones se encuentra la Morra del Quintanal, poblado de la Edad del Bronce; entre sus impresionantes murallas de más de dos metros se han encontrado interesantes piezas de ajuar y objetos diversos, hoy conservadas en el museo Provincial de Albacete, incluso recipientes para fabricar queso. En el camino viejo que va a Lezuza se conservan restos de una calzada romana llamada en otros tiempos Camino Real y va de sudoeste a nordeste.

Históricamente perteneció al Alfoz de Alcaraz y su historia medieval está ligada a los avatares de esta; en 1548 Munera recibía como concesión regia su título de villa con su correspondiente término municipal. Perteneció a la provincia de Cuenca con anterioridad a la creación de la de Albacete a la que fue incorporada.

Cerca del río en Los Casares, a las afueras, encontramos los restos de un castillo del que existen pocas noticias documentales, y que ha sido sometido a diversas intervenciones arqueológicas y arquitectónicas de restauración así como del edificio de Los Casares al norte del castillo, con el fin de evitar la degradación de los restos y obtener datos arqueológicos que permitan enriquecer el conocimiento sobre el conjunto. La planta del Castillo es ovalada, esta rodeada por una muralla con cinco torres adosadas y tiene un segundo recinto defensivo que es una potente barbacana. Conserva una parte de la torre del homenaje. El castillo cuenta también con su correspondiente leyenda que proviene quizás de la Edad Media, la de la Encantá. Según cuenta la misma, una bella dama aparece todas las noches de San Juan entre los muros de la torre del homenaje. Con este motivo, el sábado más próximo a la noche de San Juan se organiza una pintoresca y original fiesta junto al castillo, en la que se representa la leyenda, seguida de fuegos artificiales y un concierto en honor a la Encantá.

Los Casares son los restos de cuatro construcciones, que se encuentran al norte de la fortaleza, articulados en torno a un espacio central, muestran potentes muros con zócalo de mampostería y grandes alzados de tapial que en ocasiones alcanzan más de diez metros de altura.

En la población cabe destacar su iglesia parroquial de San Sebastián, obra del siglo XVI, reformada en el XVIII; a los pies tiene una gran torre, coronada por un chapitel octogonal. Su aspecto es sobrio y en su interior se guarda un relieve del siglo XVI con Santa Ana, la Virgen y el Niño. La portada que da a la plaza es gótica. Del siglo XVIII es la ermita de nuestra Señora de la Fuente, patrona de la población y que se encuentra a las afueras, es un edificio barroco, con una planta de cruz latina. Después de la procesión de la Patrona se invita a los asistentes a "frutas de sartén, rolletes fritos y buñuelos de viento", como los que se citaban en el episodio del Quijote de las bodas de Camacho que transcurrieron según la ficción entre Munera y El Bonillo

El conjunto urbano presenta las típicas construcciones de la zona y destacan por su curiosidad y su carácter popular la plaza de toros y el molino de la Bella Quiteria, un molino de nueva construcción (años 70 del pasado siglo) en un paraje en el que se celebraron las Bodas de Camacho; el nombre viene dado por la protagonista femenina. A lo largo del tiempo a esta construcción se le fueron añadiendo otras construcciones la Casa de Basilio el pobre y la Casa de Camacho el rico, protagonistas masculinos. Este conjunto de construcciones están dedicadas al museo del mobiliario y menaje típicos de la región. También cuenta con un monumento de Quijote y Sancho.

VILLARROBLEDO

Cuenta con uno de los términos más extensos de España; ciudad próspera con una destacada industria vitivinícola y quesera, que ha transformado la producción de sus famosas tinajas en una industria de calderería pesada y que mantiene un importante patrimonio.

El actual emplazamiento de la ciudad data del siglo XII aunque en su término existen vestigios de asentamientos paleolíticos , de la edad del Bronce, prerromanos, romanos, hispanomusulmanes y bajomedievales. En el siglo XV recibió el Privilegio de Villazgo y, en 1929, el rey Alfonso XIII le concedió el título de ciudad.

El Patrimonio arquitectónico histórico de la ciudad se sitúa en torno a la Plaza de Ramón y Cajal (Plaza Vieja), que alcanza su máxima expresión en la propia plaza. Declarada Conjunto Histórico Artístico debido principalmente al aporte de las fachadas de dos de los edificios más emblemáticos de la ciudad y que gozan de la categoría de Monumento Nacional: la iglesia parroquial de San Blas y el Ayuntamiento; la primera con una portada gótica y una robusta torre del siglo XV, remodelado el interior en los siglos siguientes, cuenta con un magnífico retablo e interesantes obras de arte como la monumental cruz procesional, obra del platero conquense Juan de Becerril; el Ayuntamiento, manierista del siglo XVI, tiene una doble arcada de columnas con seis vanos. Otros monumentos reseñables son la iglesia de San Sebastián, del Siglo XVI al XVIII, los conventos de clausura de San Bernardo y el de las Clarisas, espléndidamente dotados por el Virrey Morcillo; la ermita de la Caridad, patrona de Villarrobledo, que contiene valiosos tesoros.

En sus calles, llenas de encanto, se conservan numerosas casas nobiliarias: la de los López Muñoz, la de los Pacheco, con portada plateresca, la de los Téllez de Vargas..., algunas cruces de humilladero y varias construcciones interesantes del siglo XX; el teatro, el Círculo Mercantil, construido en 1911 sobre una Tercia del siglo XVIII; de esta época se conserva la portada de piedra de estilo neoclásico y un medallón con inscripción que fue trasladado al interior, está catalogado como B.I.C., los molinos harineros, de los hidráulicos conserva los restos de 6; los de viento desaparecieron todos (tuvo 24). Uno de ellos en el río Záncara, el Molino de La Raya; y los demás, repartidos por el curso del río Córcoles, el molino del Córcoles, el Molino de la Pasadilla, el Molino del Vado; y de los que solo quedan apenas restos de sus cárcavos y balsas: Molino de D. Pedro, Molino del Tinte y Molino de Ramos.

Villarrobledo cuenta con un gran número de personajes ilustres entre los que podemos citar a el doctor Blas Ortiz, escritor y acólito del cardenal Cisneros y capellán de los Reyes Católicos; Blas Ortiz, teólogo, secretario del Papa Adriano VI; Pedro Ortiz, catedrático de Teología en la Universidad de París y embajador del Emperador Carlos V ante el papa Pablo III; la beata María de Jesús; el arzobispo Morcillo, Virrey del Perú...

Actualmente es conocido a nivel nacional por la celebración de uno de los mejores carnavales de España, el Carnaval de Villarrobledo, dura 10 días y se alarga más allá del Miércoles de Ceniza, fecha que marca el inicio de la Cuaresma y el fin de los carnavales en el resto del mundo, y por su Semana Santa, declarados ambos Fiesta de Interés Turístico Nacional. La Semana Santa es una de las celebraciones más antiguas de la provincia de Albacete, siendo documentada ya en el siglo XVI. Se trata de una celebración híbrida con rasgos de las tradiciones andaluza y castellana, que conforman una expresión única y original donde conviven momentos de tremenda solemnidad y recogimiento como la Procesión del Santo Entierro y momentos espectaculares y coloristas como los Encuentros y Despedidas. De gran transcendencia en los últimos años ha sido la celebración de su festival de música, el conocido Viña Rock, en el que se dan cita numerosos artistas del panorama musical español e iberoamericano, en algunas ediciones se han contabilizado más de 80.000 espectadores. Otra fiesta de gran interés es la de Santiago Apóstol, que viene celebrándose ininterrumpidamente desde 1521.

Interesante es visitar el Centro de Interpretación de la Tinajería en el que se recrean las distintas fases de fabricación de las tinajas, en cuatro diferentes espacios: comenzando por la extracción de la materia prima en los barreros y el traslado del barro a las fábricas, hasta el uso final de las tinajas en las bodegas, tras haber sido cocidas en el horno. Los visitantes podrán conocer no solo los utensilios y maneras de fabricación, además de la extensa tipología de productos elaborados con barro, sino un amplísimo vocabulario asociado a los métodos, herramientas y espacios utilizados por los tinajeros.

Villarrobledo cuenta con una rica y variada oferta gastronómica, en la que destacan platos como el ajo claro o el ajo mataero, el atascaburras, la caldereta de cordero, las gachas manchegas, las migas ruleras, las judías con perdiz, el mojete, los dulces de Semana Santa... el queso al romero y el queso manchego y todo acompañado del vino de la D.O Mancha; Manuel Vázquez Montalbán en su novela La Rosa de Alejandría escribió: "...Y usted come gazpachos y bebe vino de Villarrobledo, por lo que le felicito."

SAN CLEMENTE

La muy noble, señorial y elegante villa manchega, resumen del espíritu artístico del Renacimiento castellano, al que pertenecen la mayoría de sus edificios más destacables, y que está declarada Conjunto Histórico Artístico.

Estuvo poblada desde muy antiguo y en su término se han encontrado notables restos de construcciones de la dominación romana. Por aquí pasaba la vía que enlazaba Cartagena con Segóbriga, fue fundada en el siglo XII por un caballero del rey Alfonso VI, Clemente Pérez del Castillo y convertida en villa por los Reyes Católicos. Perteneció a las Órdenes Militares como punto defensivo contra los árabes en la frontera castellana.

Su casco antiguo se desarrolla en torno a la Plaza Mayor, donde está el Ayuntamiento, del siglo XVI, construido en dos plantas más torreón, galería porticada con columnas y arcos en la planta baja y ventanales en la otra, en cuyo centro se alza un magnífico escudo imperial; en la actualidad se encuentra ocupado por el Museo de Obra Gráfica; la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, de los siglo XV-XVI, de planta basilical con nave central y dos laterales, divididas en cinco tramos. La cabecera y los dos primeros tramos son de estilo renacentista, las trazas se deben a Andrés de Vandelvira; los otros tres tramos son de construcción anterior. Tiene una torre de tres cuerpos con escalera de caracol, así como dos portadas, una por la Plaza Mayor y otra por la Plaza de la Iglesia. Su interior está muy decorado, cuenta con varias capillas laterales y en el altar mayor una magnífica cruz gótica de alabastro, la Cruz del Humilladero, proveniente de la ermita de la Cruz Cerrada, además de varios retablos dignos de mención.

Callejeando podemos descubrir una auténtica villa renacentista conservada en lo esencial: conventos como los de las Trinitarias, las Clarisas, los Franciscanos y la antigua iglesia jesuítica. Edificios públicos como la antigua cárcel, que primero fue cárcel y luego Tribunal del Santo Oficio, es hoy el Centro Cultural Vicente García y el Museo de la Virgen de Rus, la Sala de Exposiciones Municipal, el taller de grabado de la Fundación Antonio Pérez y el Museo de Artes Decorativas Navideñas de San Clemente; el Pósito del siglo XVI, casas y palacios señoriales de los siglos XVI al XVIII, el palacio de Francisco Martínez de Peral, la casa-palacio de Oma, del Marqués de Valdeguerrero, la casa de los Villora o de los Picos, la casa Langreo, la casa de la Reina Mora o del Patata, casa Bris y Ayuso, casa Sandoval, casa Jareño, casa Acacio, o el palacio de Piquirote. El llamado Arco Romano, del siglo XVII, que comunica con la iglesia; y otros edificios religiosos, como la ermita de la Cruz Cerrada, y la de Nuestra Señora de los Remedios. Destacan también la Torre Vieja, del siglo XV, donde se encuentra el Museo de la Labranza, la puerta de la Inquisición y los dos puentes sobre el río Rus.

Por el núcleo urbano se diseminan un gran número de casas populares típicas manchegas, cuya estructura gira alrededor de un patio. La plaza de toros se construyó en 1908.

El Castillo Santiago de la Torre se encuentra al oeste de la población, a orillas del río Záncara. Se trata de un castillo medieval que perteneció inicialmente a la Orden de Santiago, así como al Marquesado de Villena y a los Reyes Católicos. Se encuentra en un lamentable estado de abandono que amenaza ruina.

San Clemente celebra las Fiestas de Nuestra Señora de Rus, su patrona, que están declaradas de Interés Turístico Regional, en una fiesta compartida por toda la comarca. Está considerada como una de las romerías más antiguas, está documentada al menos desde 1540, de mayor tradición y con mayor afluencia de visitantes de Castilla-La Mancha. Cada año la fiesta comienza el Domingo de Resurrección con la subasta de las andas de la Virgen en la Plaza Mayor, al medio día y durante treinta minutos las cuadrillas de postores pujan por hacerse con las andas mediante el sistema tradicional de pujas a la llana. Una vez rematadas las andas de la Virgen, se da comienzo a la subasta durante quince minutos a la subasta de las andas de la Santísima Cruz que acompaña a la imagen en el recorrido y que recae en las cuadrillas más jóvenes del pueblo. Una vez terminada la subasta todo queda dispuesto para el domingo siguiente. Durante el fin de semana antes del Día de Rus, se celebra un Mercado Medieval en la Plaza Mayor y la Torre Vieja.

La noche anterior a la romería, los hortelanos llevan a la hortelana Virgen del Remedio desde la capilla del colegio de Nuestra Señora del Remedio hasta la Iglesia de Santiago Apóstol. La imagen es bailada y piropeada al compás de los pasodobles y pasacalles hasta la entrada de la iglesia. Por la mañana a las 5:30, se celebra una Misa en honor a la Virgen del Remedio. Después se saca la Virgen y se pasea bailando desde la iglesia hasta "El Santo", pasando por los dos conventos que se encuentran en este recorrido. La imagen se transporta corriendo desde San Clemente hasta la ermita de Rus situada a 9 kilómetros, haciendo un descanso a mitad de camino. Cuando la Virgen del Remedio llega al puente de Rus es bailada a ritmo de charanga hasta la ermita donde se encontrará con la Virgen de Rus. Junto a la ermita, se celebra una Misa con las imágenes de la Virgen del Remedio y la Virgen de Rus. Después se intercambian las imágenes. La Virgen de Rus permanecerá 43 días en San Clemente. El Lunes de Pentecostés se celebra la ceremonia inversa.

LAS PEDROÑERAS

Está considerada como la capital del ajo, centro productor de "Ajo Morado", es uno de los mayores productores de la UE, con más de 60 millones de kilos anuales. Debe su nombre a su fundación sobre piedra, asentada en un montículo pedregoso que sirvió para su cimentación y donde se construyeron las primigenias casas. Las primeras evidencias de asentamiento está en el paraje conocido como el Robledillo, un asentamiento ibérico; el doblamiento se extiende a lo largo de la dominación romana de los que se han encontrado importantes hallazgos.

En la Edad Media era una aldea de Alarcón y pasó después al señorío de Villena y más tarde pasó a la corona; fue nombrada Villa de Realengo por orden del Capitán de la Santa Hermandad, Jorge Manrique, en pago a la colaboración valiente y decidida de los pedroñeros a favor de la causa de los Reyes Católicos en su lucha contra el tercer Marqués de Villena, Diego López Pacheco, partidario de Juana La Beltraneja.

Su casco antiguo tiene forma de almendra y conserva claras e importantes muestras de la arquitectura popular manchega, está considerado como el mejor de la comarca manchega conquense. Sus calles invitan a un sugerente y atractivo paseo en el que encontraremos grandes casonas muy bien cuidadas, como la casa-palacio de los Molina, del siglo XVIII, la casa de Mendizábal, la casa del Curato, la casa de los Ortega, la casa Zapata, la casa Boch y la casa de la Condesa; la Posada, la antigua residencia de Jesuitas del siglo XVI y hoy Centro de Salud. La casa consistorial es de los siglos XVII y XVIII y está situada en la Plaza Mayor, donde también se encuentra la parroquia de la Asunción, del siglo XVI. El interior muestra una iglesia columnaria de tres naves, separadas por pilares cilíndricos, iguales dos a dos. Guarda interesantes piezas de orfebrería, entre ellas una cruz procesional de plata repujada con punzón de Cuenca y un cáliz con decoración plateresca, además de una corona imperial de plata repujada con pedrería.

Se conservan varias ermitas como la de San Julián de los siglos XV con añadidos del XVI; la ermita del Santo Sepulcro de la misma época tiene una bella portada, y la ermita del Santísimo Cristo de la Humildad adosada al palacio de los Molina. En el río Záncara se conservan restos de algunos molinos del siglo XVI.

No podemos dejar de visitar el Museo del Labrador que alberga una colección de etnología: aperos de labranza y utensilios domésticos manchegos.

Las Pedroñeras celebra dos romerías. La de la Virgen de la Cuesta, se celebra el día 8 de mayo, se remonta al siglo XIII y tiene gran devoción popular. Dicha romería es compartida con la localidad de Alconchel de la Estrella porque según cuenta la tradición fue a un pastor de Las Pedroñeras a quien en este municipio se le apareció la Virgen. De gran peculiaridad es la peregrinación que se realiza andando durante la madrugada del día 7 desde Las Pedroñeras hasta la ermita la Virgen de la Cuesta en Alcolchel de la Estrella, trayecto de unos 40 kilómetros. La Romería de San Isidro, patrón de los agricultores, se celebra el 15 de mayo; esta fiesta tiene una especial importancia en el pueblo ya que se celebra en el campo y miles de personas se reúnen en un pinar a la orilla de la Cañada Real, donde se encuentra la ermita. Se hacen las llamadas "chozas" construidas de lonas, sacos y tela especialmente para ese día, en las cuales se reúnen familiares y amigos para celebrar la fiesta. El Santo se lleva desde el pueblo hasta la el pinar a una distancia aproximada de unos 5 Km. con la gente en procesión tras él.

La gastronomía de esta villa es parte de la cocina tradicional manchega, usando en sus platos los productos de la tierra. Aunque cabe destacar que por ser Las Pedroñeras la Capital del Ajo, este tiene una influencia notable en la elaboración de sus platos, tales como la sopa de ajo, el ajoarriero, el revuelto de ajetes, la caldereta de cordero o el conejo al ajillo, junto con una innumerable elaboración de fritos y asados en los que de manera constante está presente el ajo.

Otros platos típicos de la localidad son los elaborados con motivo de fiestas o cultos religiosos, como las tortas de Jueves Lardero, el potaje de Semana Santa acompañado por la tradicional repostería de esas fechas: arroz de polvorín, orejetas de fraile, flores y torrijas; sin olvidar el "puñao" de San Julián y San Antón consistente en una mezcla de frutos secos. Gachas de almortas, migas ruleras, migas dulces y pisto manchego son platos que merecen ser destacados por su popularidad en la cocina pedroñera.

En el entorno nos encontramos con un grupo de lagunas de gran importancia para la avifauna acuática, tanto en invernada como en época de cría y pasos migratorios, ya que se hallan en un área de escala obligada en las rutas entre Europa y África, denominadas El Huevero, La Laguna Grande, y El Taray, que están compartidas con la población de Las Mesas.

BELMONTE

Villa natal de Fray Luis de León. Es un conjunto monumental de gran interés, declarada villa de interés turístico desde 1968. Se han encontrado restos de épocas ibéricas y romanas y visigodas. Las primeras noticias que se tienen sobre Belmonte aparecen en una bula que el Papa Honorio II dirige a Don García, tercer obispo de Cuenca, en 1223, en esta bula lo denomina Bellomonte, a causa del monte que rodeaba al pueblo. En 1323 Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X, comenzó a construir las murallas de «Belmont» y en la misma época construyó el Antiguo Alcázar. El primer miembro de la familia Pacheco que fue señor de esta villa fue Juan Fernández Pacheco, a quien se la concedió el rey Enrique III por privilegio firmado en Tordesillas el 16 de mayo de 1398. El señorío lo heredó su hija María, que se casó con Alfonso Téllez Girón y Vázquez de Acuña. El matrimonio tuvo dos hijos, Juan Pacheco y Pedro Girón (que nacieron en Belmonte). Heredó el señorío Pedro Girón. El primogénito era Juan Pacheco, primer marqués de Villena, quien ordenó construir el Castillo de Belmonte en 1456 y la Colegiata de San Bartolomé en las mismas fechas que el castillo. Entre los siglos XV y XVIII Belmonte tuvo su época dorada de la cual se conservan numerosos edificios.

Uno de los elementos más importantes del complejo monumental de Belmonte es su recinto amurallado, de los siglos XV y XVI, que con las murallas y las puertas pone en comunicación el casco urbano con el castillo; se conservan varios tramos en perfecto estado y varias puertas: la de Chinchilla es el acceso a la ciudad; la del Almudí, junto al Pósito, la de Monreal o de Toledo con un camarín a la Virgen de la Estrella. Pero su monumento más emblemático es su castillo, construido sobre uno anterior de 1324, de estilo gótico de transición al plateresco con influencia mudéjar. Fue restaurado por Eugenia de Montijo que lo usó como residencia.

De gran belleza igualmente es su conjunto del casco urbano, donde sobresale la iglesia de la colegial de San Bartolomé, de grandes dimensiones, gótico renacentista. En el interior, trece capillas, el coro, la sacristía y la sala capitular, una gran colección de bellos retablos, interesantísima rejería y un sinfín de obras de arte -escultura, pintura, orfebrería, libros y documentos- formando todo ello un museo de arte sacro. Tiene dos portadas al exterior, una gótica y otra gótico-renacentista.

Cuenta Belmonte con un buen número de edificios de interés como el Palacio del Infante don Juan Manuel del siglo XIV con iglesia, convento y claustro pues albergó a partir de 1502 una comunidad de monjas dominicas, en la actualidad se destina a Venta; el Palacio de Buenavista, hoy dedicado a la hostelería; la casa de los Baillo, del siglo XVII, que está ocupada en la actualidad por el SEPECAM y la Cámara Agraria Local; el convento de los Trinitarios de los siglos XVI-XVII, con iglesia y convento de estilo barroco; el convento de los Jesuitas del siglo XVII, con usos diversos y pintorescos; el Pósito del siglo XVI, convertido en vivienda al igual que la Casa de Comedias que conserva la portada adintelada. La ermita de Nuestra Señora de Gracia, alberga la imagen de la patrona de Belmonte, una imagen de transición del románico al gótico. Cuenta además con un museo de las Cosas del Pueblo que alberga una colección de más de 1.500 piezas de carácter etnográfico.

Su gastronomía es la típica de la Mancha, a base de gachas, morteruelo, ajo arriero, zarajos... Además de las fiestas tradicionales Belmonte celebra, en los alrededores del Castillo, en un recinto amurallado de más de 70.000 m2, un torneo medieval inspirado en el siglo XIV y que en la ediciones que se han realizado han concentrado a más de 25.000 visitantes.

MOTA DEL CUERVO

Es conocida turísticamente como El Balcón de la Mancha, se encuentra enclavado en el centro de Castilla-La Mancha, con una distancia casi equidistante a todas las capitales de provincia de la región (salvo Guadalajara). Ha sido desde antiguo un importante cruce de caminos, entre la ruta que unía Toledo y luego Madrid con Levante y la ruta entre Cuenca y el sur. Su rasgo más característico son sus siete molinos de viento que se sitúan en la loma a cuyos pies se asienta el pueblo; estos, junto con los de poblaciones como Campo de Criptana, Consuegra, Puerto Lápice o Alcázar de San Juan entre otros, dan la típica imagen de la Mancha de don Quijote

Su conjunto urbano cuenta con calles, edificios y espacios de gran valor, estructurándose en torno a las plazas del Ayuntamiento y de Cervantes. Se conservan un gran número de casas señoriales de los siglos XVI al XVIII, con escudos y fachadas típicas de la arquitectura manchega. La casa del Conde Chico de Guzmán es un edificio rectangular en esquina. Muy peculiar es la plaza del Mercado o del Coso, pues durante muchos años albergó los espectáculos taurinos, en ella se encontraba el horno del pueblo.

De su patrimonio debemos destacar la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, de los siglos XVI-XVII, que tiene una torre de dos cuerpos y dos portadas de carácter renacentista, conserva una buena colección de orfebrería, tallas... La ermita de San Sebastián, de la segunda mitad del siglo XVI, el antiguo Hospital de los Pobres, de los siglos XVI-XVII, una construcción de la Orden de Santiago, de la que solo se conserva la capilla muy devaluada. El Ayuntamiento ocupa un antiguo convento de franciscanos, el despacho del Alcalde ocupa la antigua capilla. Cuenta además con dos ermitas, la de Santa Ana en la carretera de Quintanar de la Orden y la de Nuestra Señora del Valle en la carretera de los Hinojosos

Es tradicional en Mota del Cuervo la fabricación de cántaros y otros utensilios de alfarería, oficio practicado aquí por las mujeres conocidas como "cantareras"

Su principal fiesta es la de la patrona, Nuestra Señora de la Antigua de Manjavacas, declarada de Interés Turístico Regional. Se celebra el primer y tercer domingo del mes de agosto y consiste en traer y llevar corriendo a la Virgen en romería desde su ermita a 7 kilómetros del núcleo urbano.

En su término se encuentra el conjunto lagunar de Manjavacas, declarada Reserva Natural en 2001, además de Reserva de la Biosfera y está incluida en la lista de Humedales de Importancia RAMSAR y en la red Natura 2000. Cuenta con cuatro lagunas endorreicas, semipermanentes de carácter salino y sus nombres son: Alcachozo, Sánchez Gómez, la Dehesilla y la de Manjavacas, la primera en el término municipal de Pedro Muñoz. Cuenta con una pista forestal que la circunda y con observatorios.

CAMPO DE CRIPTANA

Imagen típica de estas tierras, presidido su paisaje por los famosos molinos que confundiera don Quijote con gigantes. El paisaje de Criptana nos ofrece un rico contraste entre la elevación donde se sitúa el pueblo, y la marcada horizontalidad de la llanura manchega que lo rodea, surcada por el río Záncara, causante de los importantes complejos lagunares de la zona. Es la capital del Campo del mismo nombre, la actual población es la resultante de la unión de otras tres más pequeñas: Criptana, el Campo y Villajos. El núcleo urbano más antiguo estaba situado donde hoy se encuentra el santuario del Cristo de Villajos; de allí se trasladaron sus habitantes hacia el castillo de Chitrana, lugar donde hoy se alza otro santuario, el de Nuestra Señora de Criptana.

Por los muchos restos encontrados en sus alrededores existen asentamientos del calcolítico, la Edad de Bronce y del Hierro, así como de época romana. Al igual que muchos pueblos de la Mancha, fue durante muchos siglos dominio musulmán hasta que en 1212 pasó a mano de la Orden de Santiago.

Sin duda, el mayor atractivo de Criptana son sus molinos, situados en la sierra de la Paz; en la actualidad se conservan diez, en 1752 en el estudio del Marqués de la Ensenada se censaron treinta y cuatro en esta localidad. Estuvieron funcionando hasta los años 50 del siglo XX. Tres de ellos han sido declarados B.I.C. por su antigüedad, datan del siglo XVI y conservan sus mecanismos originales que ponen en marcha todos los sábados. El Burleta data de 1555, tiene 6 m de diámetro y 12 ventanillos orientados según los doce aires, el Infante es de 1500 y el Sardinero. Estos tres molinos son de propiedad municipal, los otros siete fueron construidos a partir de 1900: el Culebro alberga el museo de Sara Montiel, el Quimera está dedicado al poeta Vicente Huidobro, el Garcilaso alberga contenidos temáticos relacionados con la labranza, el Cariari con el cine, el Lagarto con la poesía y el Pilón con el vino.

Los principales monumentos y restos de interés de Criptana son el Pósito, del siglo XVI, ampliado en el reinado de Carlos III, que fue sede de un banco agrícola que bajo el control del Ayuntamiento prestaba grano a los agricultores en época de carestía como adelanto de la próxima cosecha. Cuenta en su portada con el escudo imperial de Carlos I y otros dos con la Cruz de Santiago; en la actualidad en él se encuentra un museo Etnográfico que recoge distintas maquetas relacionadas con los molinos y actividades tradicionales de la zona. La iglesia barroca del convento del Carmen, de finales del siglo XVII, con típica planta jesuítica, conserva una imagen de la Virgen del Carmen cuyo rostro es del círculo de Salzillo, y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, inaugurada en 1958. Se levanta sobre el solar de la construida a lo largo del siglo XVI sobre otra anterior, fue incendiada en agosto de 1936, es de una sola nave con bóveda de cañón y presenta capillas a ambos lados, lo más llamativo de ella es la bóveda vaída del crucero y en el exterior su elevada torre, de estilo ecléctico con dominio del neoclásico; en su interior se conserva una talla de la Virgen de Villajos del siglo XIII.

Paseando por sus calles encontramos algunas construcciones particulares como la casa de La Tercia del siglo XVI y relacionada con las recaudaciones que efectuaba la Orden de Santiago; la casa del Conde de Cabezuelas, del siglo XVII con escudo heráldico de la familia Baillo en su fachada y una interesante balconada de madera; y del siglo XIX la casa de Don Miguel.

Cuenta con algunas ermitas de interés: la de la Vera Cruz, del Siglo XVI, la de Santa Ana, de la misma época y reconstruida en el siglo XIX, la de Madre de Dios del siglo XVII y la ermita de san Cristóbal. El santuario del Cristo de Villajos, situado a 4 km de la población, cuenta con un Centro de Interpretación. El santuario de la Virgen de Criptana está situado a unos 2 Km sobre un cerro en el que pudo estar el Castillo de Chitrana.

El Ayuntamiento ha dispuesto un espacio para los artesanos, ESART, con espacios dedicados a Severiano Lucas, que recrea en miniatura los elementos etnográficos más característicos de Criptana y la Mancha; el dedicado a Antonio Manjavacas, que realiza trabajos en alambre, carros, galeras o coches, molinos edificios y personajes del Quijote; y el dedicado a Eloy Teno, esculturas en torno al Quijote, la Mancha y Criptana.

En Campo de Criptana destacan por su importancia las fiestas patronales en honor a la Santísima Virgen de Criptana, el lunes de Pascua y el Santísimo Cristo de Villajos, del 23 al 28 de agosto, el carnaval, la Semana Santa y el Festival Internacional de Música.

Los platos típicos son las gachas manchegas con tropezones (generalmente acompañadas de magro, chorizo, tocino frito), las migas de pastor, la caldereta de cordero, el pisto manchego, las sopas de ajo, los huevos revueltos con cebolla y el queso manchego. El postre típico es el arroz con duz frio (duz se le llama en la Mancha al dulce). Suele servirse como aperitivo la almorta tostada (denominada titos).

ALCÁZAR DE SAN JUAN

Importante nudo de comunicaciones, centro neurálgico de la comarca del Campo de San Juan. Conserva importantes muestras de su pasado histórico; los primeros asentamientos humanos, cuyos restos arqueológicos fueron localizados en los lugares de la Motilla de los Romeros y las Saladillas, y que nos sitúan en la Edad del Bronce; es la antigua Alcés celtíbera conquistada por el pretor romano Sempronio Graco el año 179 a. C. y, que es nombrada en sus Anales por el historiador romano Tito Livio, como Alcas, se sitúa junto a la vía o calzada romana que unía Augusta Emerita (Mérida) con Caesaraugusta (Zaragoza) a través de Toletum (Toledo), el lugar se hallaba bien situado para comerciar y es indudable que los romanos se asentaron aquí, porque han aparecido importantes mosaicos y restos que lo demuestran y que se exponen en el museo municipal; las amplias dimensiones de las estancias excavadas hacen suponer que la Alcázar romana fue un importante centro de Romanización.

El nombre actual de Alcázar proviene del vocablo árabe Al-Kasar que significa castillo o fortaleza y que se relacionaría con la necesidad de controlar la vía que une Calatrava la Vieja con Uclés y Cuenca, a través del río Cigüela. Alfonso VIII la conquista en el siglo XII y la cede a la Orden de San Juan.

En el siglo XVI se convierte en la capital del Priorato de san Juan, momento en el que los Franciscanos, tras su asentamiento en la villa, crean la Universidad de Alcázar, que contaba con las cátedras de medicina, teología, historia sagrada y filosofía, además de las de gramática y arte.

En este siglo la villa vive un gran esplendor; en 1530 contaba 18.480 habitantes y vivían en ella muchos ricos hombres y cortesanos. Las familias Cervantes, Valdivielso y Díaz Morante le dieron lustre; a esta época corresponden también los dos pintores Barroso y Sánchez Cotán y los religiosos Juan Cobo y Diego de Torres Rubio que evangelizaron las Indias orientales y occidentales, uno aprendiendo la lengua china y otro la quechua, así como fray Juan Serrano, Obispo de Arceno en Italia, un ferviente defensor del dogma de la Inmaculada Concepción y el gran calígrafo y secretario de Felipe II, Pedro Díaz Morante.

En el siglo XIX, con la llegada del ferrocarril a España, se convierte en el principal núcleo ferroviario del sur de España, inaugurando la línea Isabel II en 1858.

El espacio urbano se organiza en torno a la plaza de santa María y el torreón del Gran Prior. La iglesia de santa María la Mayor, de origen románico y del que aún persiste el ábside semicircular transformado interiormente en época barroca; en su interior destaca el camarín de la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad, obra barroca de finales del siglo XVIII, decorada con yeserías y azulejería de Talavera. Conserva restos góticos y mudéjares en algunas capillas e interesantes retablos y obras artísticas. Del palacio del Gran Prior de los Hospitalarios se conserva el Torreón, declarado B.I.C., y la capilla palacial, que presenta una estructura almenada y ventanas góticas, aquí residió el cardenal don Juan José de Austria, hijo de Felipe IV y la artista María Calderón; en la actualidad se ha convertido en un espacio museográfico de los Caballeros Hospitalarios.

Otros edificios religiosos notables son la parroquia de santa Quiteria, de los siglos XVI-XVII, la iglesia de san Francisco, gótica de transición, la de la santísima Trinidad, con interesante portada barroca, y el convento de santa Clara o de la Concepción.

La arquitectura civil tiene su principal manifestación en el entorno de la Plaza de España, en ella se encuentra el Ayuntamiento, en el edificio del antiguo Casino; el Mercado Municipal y el denominado Pasaje, edificio modernista de uso comercial. Cerca del Ayuntamiento encontramos la Posada de Santo Domingo, sede actual del Museo Municipal en el que se exponen, entre otras obras, un mosaico en excelente estado de conservación de la época romana, siglos I y II d.C., y una muestra antológica del pintor local Ángel Lizcano, amigo personal de Benito Pérez Galdós, para quien ilustró sus Episodios Nacionales.

Como gran parte de los pueblos manchegos conserva importantes casas solariegas de los siglos XVII al XIX: las del conde de las Cabezuelas, la de don Miguel Enríquez de Luna... cuenta además con una Plaza de Toros de estilo neomudéjar y su famosa Estación de Ferrocarril, y fuera de la ciudad merecen especial atención los molinos del Cerro de san Antón, que responden a los nombres de Rocinante, Fierabrás, Dulcinea y Barcelona. Aquí se encuentra la cueva del Polvorín, que alberga un centro de interpretación sobre molinología.

En la actualidad, Alcázar cuenta con otros museos destacables, además del Municipal, como son el del Hidalgo, el de los amigos del Ferrocarril, el FORMMA (museo de la Cerámica Manchega) en el antiguo convento de san José, el del Traje Manchego, el José Luis Samper, la Fundación Isidro Parra, el Taurino...

La gastronomía se corresponde con la típica manchega y de la que encontramos tantas referencias en el Quijote: duelos y quebrantos, caldereta de cordero, pisto manchego, gachas manchegas, migas de pastor, asados, ensalada de limón, queso, bizcochá y las famosas Tortas de Alcázar, que tiene su origen en una receta que trajeron las Clarisas, procedentes de Toledo, cuando vinieron a la villa en 1546 para atender la Ermita de la Inmaculada.

Entre sus fiestas, cabe destacar el Carnaval, declarado fiesta de Interés Turístico Regional que curiosamente se celebra del 25 al 28 de diciembre, con los populares concursos de murgas y carrozas, los tradicionales mayos y san Isidro, la Semana Santa y la Virgen del Rosario, la fiesta de la Vendimia, los Moros y Cristianos en la noche de san Juan y la reciente Feria de los Sabores el último fin de semana de abril.

En sus inmediaciones, Alcázar cuenta con un gran Complejo Lagunar, tres lagunas que integran una Reserva Natural de 695 hectáreas, pobladas por especies únicas en el mundo y que convierten este Complejo en un lugar fascinante para ser visitado.

EL TOBOSO

Población emblemática del universo cervantino. En su término municipal se han encontrado evidencia de pobladores desde la Edad del Bronce, se localizó un importante yacimiento llamado Zanja de la Motilla, también existen vestigios de la época celtibérica. Los datos más antiguos que nos han llegado son los que dan cuenta de una fortificación realizada por la Orden de Santiago para proteger el viejo camino de Toledo a Murcia, en 1338 y 1353 forma parte del Común de la Mancha según consta en los documentos. El siglo XVI es la época de mayor pujanza y de mayor repoblación.

La Casa de Dulcinea, además de su valor literario y de ser para los tobosinos la residencia antigua de una vecina histórica y famosa, doña Ana Martínez Zarco de Morales, a quien se identifica con la Dulcinea del Quijote, es una casa de labor típicamente manchega del siglo XVI, muy bien restaurada y ambientada, de planta rectangular y dos alturas, con una tercera en la parte central a modo de torreón. Tiene una portada señorial con dos escudos y su interior está dedicado a museo de útiles de valor etnológico y de uso cotidiano en la vida manchega tradicional. El mobiliario es del siglo XVII coetáneo de El Quijote. En el patio encontramos una de las mayores prensas de aceite conocidas en la provincia de Toledo, con una viga de más de quince metros; además conserva un palomar y un molino. Está declarado B.I.C. con categoría de monumento.

La iglesia parroquial de San Antonio Abad, de estilo gótico ojival del siglo XV, con añadidos del XVII, el altar mayor, los laterales y varias capillas; las portadas son renacentistas y la torre de finales del siglo XVI. El convento de Monjas Franciscanas, obra del siglo XVI y restaurada en el XX, de estilo renacentista y de la que solo se conserva la antigua portada de la iglesia. El convento de las Trinitarias, es una construcción del siglo XVI, muy restaurado, de factura renacentista y herreriana, con claustro e iglesia, esta de estilo barroco; conserva en su interior valiosas pinturas y esculturas del siglo XVII; una importante colección de orfebrería; once reposteros bordados en oro y una colección de objetos personales de la fundadora, la madre Sor Ángela María de la Concepción.

En la Plaza se encuentran el Ayuntamiento y el Museo Cervantino, que alberga una interesante colección de ediciones (más de 500) de El Quijote en diferentes idiomas y firmados por personajes ilustres de todo el mundo.

Alberga entre sus calles y plazas numerosos monumentos de interés histórico, además de muchos rincones llenos de encanto. Su configuración urbana es la característica de esta comarca, con sus tradicionales edificaciones de mampostería y tapial y el refulgente encalado de sus muros; sus casas, con corredores de madera y columnas, tienen unos patios de planta cuadrada o rectangular adintelada; entre ellas destacan la casa de los Perros y la casa Hermanas de Diego Labrador. La glorieta está dedicada al escritor, periodista y académico de la lengua Federico García Sanchiz, gran enamorado de El Toboso.

El Pósito es un edificio del siglo XVIII y es conocido como casa del Arco; cuenta también con varias ermitas: la de Santa Ana, renacentista edificada en el siglo XVI, está enclavada en un cerro, hoy en ruinas; la de San Sebastián del siglo XVII de estilo barroco; las de San Blas y del Cristo, ambas del siglo XVIII. De las ruinas del convento de Agustinos se conserva la arcada que da acceso al cementerio.

Además de la Casa-Museo de Dulcinea, podemos visitar un museo particular, el del Humor Gráfico Dulcinea, una colección de dibujos realizada por prestigiosos humoristas y que han sido cedidos por su fundador el humorista Mena.

La celebración de sus famosos carnavales resulta particularmente atractiva debido a la gran participación popular y al colorido que despliega. El fin de semana de Pentecostés se celebra la procesión del Santísimo Cristo con una particularidad, sus abanderados caminan de espaldas al recorrido y frente al Cristo agitando las banderas que portan.

El Toboso ofrece una gastronomía inspirada en la cocina que se refleja en el Quijote: migas, pisto manchego, caldereta de cordero, perdices en escabeche, el tiznao, los duelos y quebrantos, gachas, y los dulces típicos como las pelusas, las flores y los caprichos de Dulcinea (elaborados a base de huevos y almendra).

QUINTANAR DE LA ORDEN

En su término se ha encontrado el "Ídolo del Pradillo", una pequeña representación celtíbera. En la Edad Media era un caserío poblado por mozárabes toledanos, tras la reconquista pasa a pertenecer a la Orden de Santiago y forma parte del Común de la Mancha en 1353 como su capital. En el siglo XVI, se convierte en partido judicial de la comarca manchega; inicialmente era conocida como Quintanar de la Encina. En 1557 Felipe II encargó la Relación de las Cosas de Quintanar.

Quintanar tuvo importante judería alrededor de su sinagoga, sobre la que se construyó la Ermita de la Piedad, Patrona de la Villa, en cuyo interior se conserva un vía crucis del ceramista Ruiz de Luna. Ha sufrido una gran transformación urbana en el siglo pasado, pero aún conserva algunas casas de interés como la casa-palacio denominada la Casa de la Piedra, del siglo XVIII, que cuenta con una magnífica fachada, y algunas blasonadas, en la calle de las Aguas y en la Plaza del Ayuntamiento. El Ayuntamiento es una construcción modernista. En las afueras se encuentra el rollo del siglo XV, gótico. La iglesia parroquial de Santiago es obra del siglo XVI tardogótica de transición al renacimiento con torre de carácter defensivo, dentro podemos ver un artístico retablo traído en 1992 desde Tordesillas. En la plaza de los Carros encontramos un edificio modernista magníficamente conservado, la Casa de los Pic; del siglo XIX es el Casino Garcilaso que fue la antigua sede de la Unión Benéfico Artesana; la Plaza de Toros, del mismo siglo es neomudéjar. También se conservan interesantes muestras de arquitectura industrial como la Fábrica de Anises la Asturiana.

El Carnaval tiene un fuerte arraigo en la población. Comienza con la celebración del Jueves Lardero el jueves anterior al Miércoles de Ceniza y a sus desfiles acuden gran número de comparsas de la provincia. La Semana Santa, declarada de Interés Turístico Regional, es una de las mejores de la región, cuenta con una gran participación de cofrades y se realiza una representación de la Pasión a cargo de aficionados locales. En el mes de junio se celebra el tradicional Encuentro de Encajeras y las Fiestas de Moros y Cristianos, con hogueras y desfiles.

VILLACAÑAS

Es una villa agrícola e industrial cuyo atractivo reside es sus singulares viviendas subterráneas, Los Silos, de arquitectura popular de gran interés etnológico donde las familias más humildes vivían hasta bien entrado el siglo XX, en su Complejo Lagunar y en la vistosa tradición de los Danzantes del Cristo de la Viga.

En el municipio se encuentran restos arqueológicos de la Edad del Bronce, y de época prerromana, romanos y árabes, en el Cerro Tirez,. Fue poblada por los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XIII. En 1557 recibió el título de Villa, año en el que se desliga del vínculo feudal con la Orden de San Juan.

El nombre de Villacañas aparece citado en 1229 con motivo del establecimiento de mojones entre las tierras propias de los arzobispos de Toledo y las del maestrazgo de la orden de San Juan, denominándose "Villar de Cañas".

Su Ayuntamiento es obra del siglo XVII, restaurado en el XX; la iglesia de la Asunción, gótica de transición al renacimiento, de los siglos XV y XVI con reformas en el XVII y XVIII. Repartidas por la población encontramos multitud de ermitas, entre las que destacan la del Cristo del Coloquio del siglo XVII, la ermita de la Inmaculada del siglo XVIII, del siglo XIX son la de San Gregorio y la de San Roque... alguna de las más antiguas como la de San Sebastián, del siglo XVI, con un bello artesonado mudéjar se encuentran en gran abandono y a punto de su ruina total.

Lo más singular de esta población son sus Silos, casas-cueva excavadas en la ladera. Se abren estas viviendas por una rampa que accede a un zaguán que sirve de distribuidor al resto de habitaciones: cocina, comedor, dormitorios, leñera, despensa y, en ocasiones, cuadra. La luz y la ventilación se consiguen mediante pozos abiertos en el techo de algunas habitaciones. La más interesante es la de la Tia Sandalia, santera del pueblo que vivió entre 1902 y 1987, que decoró las habitaciones de su casa con pinturas e imágenes y escenas religiosas realizadas por ella misma, de carácter primitivista, con gran valor etnológico. Hoy es un museo visitable y alberga 26 pinturas, 66 esculturas, 40 relieves adosados a las paredes y otros objetos.

Situado junto al cauce del Río Riánsares se encuentra El Molino en Medio, un molino de agua, actualmente en ruinas de origen árabe y que fue utilizado para moler trigo.

El 30 de abril y el 1 de mayo se celebra la festividad del Santísimo Cristo de la Viga, con la presencia de los danzantes; está declarada de Interés Turístico Regional. El 19 de mayo, día de San José, se realizan unas pujas en casa del hermano mayor para intentar acceder, entre todos los cofrades a los puestos, siendo el más costoso el de porra o guía de la danza. Durante estos días, los danzantes ejecutan diversas danzas de castañuelas y palos y su vestimenta va cambiando según la ocasión. La cofradía tiene su origen en el siglo XVII.

Villacañas posee un importante complejo lagunar con gran riqueza tanto vegetal como ornitológica que forma parte de la llamada La Mancha húmeda. Parte del propio casco urbano se encuentra situado sobre el fondo de un lago seco, del que forma parte la laguna Larga, situada al sureste del municipio, que conserva su agua durante todo el año y ha sido objeto de diversos proyectos para su conservación. Junto a La Laguna Larga hay dos pequeñas lagunas anexas, de carácter estacional, llamadas Laguna Tirez y La Gramosa, con vegetación acuática de enorme interés. En la actualidad, tiene poblaciones permanentes de flamenco común. Existen dos observatorios de aves, el Observatorio del Flamenco y el observatorio de La Canastera, ambos accesibles.

TEMBLEQUE

Población que conserva una de las plazas mayores más hermosas de la Mancha. La historia de Tembleque está ligada a la de la ciudad de Toledo. Por su situación geográfica, se asocia la villa de Tembleque al territorio carpetano, romanizado a partir del 193 a. C. año en que es conquistada Toletum (Toledo). Con el declive de Roma, la región será ocupada por los visigodos y en el 711 por los ejércitos musulmanes; tras la toma de Toledo por Alfonso VI, en 1085, fue conquistada por las tropas cristianas y puesta bajo el dominio de Consuegra. Hacia 1183, el rey Alfonso VIII dona Consuegra y todo su territorio a la orden de San Juan de Jerusalén. Tras la batalla de las Navas de Tolosa, el prior de la Orden de San Juan de Jerusalén en 1241 le concede la Carta Puebla. En 1509 la Reina Juana le otorga la condición de Villa.

El principal atractivo de la villa es su Plaza Mayor, declarada B.I.C. con categoría de Conjunto Histórico. Es una edificación característica de la Mancha, cuadrada con pórticos de columnas de granito y corredores en la planta superior, con soportales y ornamentación realizada en madera. Es una típica plaza del siglo XVII, de la época de Cervantes, diseñada para cumplir una doble función, la pura urbanística y centro de la vida de la población y la de plaza de toros, por lo que los corredores en sus dos alturas superiores son abiertos. En uno de los lados está el Ayuntamiento, construido en 1654; el acceso principal está cubierto por dos torrecillas a cuatro aguas.

Muy cerca se encuentra la iglesia parroquial de la Asunción, del siglo XVI, ampliada en el siglo XVIII, de transición del gótico al renacimiento; adosada tiene la ermita de la Virgen del Rosario. Repartidas por el pueblo se encuentran varias casas señoriales, resaltando entre ellas la conocida como Casa de las Torres, del siglo XVIII con bella portada profusamente decorada; fue la casa de don Antonio Fernández Alejo, caballero del hábito de Santiago; la Casa de Postas o Cuartel Viejo también del XVIII. A la salida de la población se encuentra el rollo o picota, del siglo XVI.

Además de la ya citada, se conservan un buen número de ermitas, la más importante es la de la Vera Cruz, de planta octogonal, obra del siglo XVIII, en la actualidad alberga la Biblioteca y el Archivo Municipal; la de la Purísima Concepción, del siglo XVII, conserva en la sacristía unos frescos decorados con angelotes, solo se abre el día de la patrona de la población, la ermita de San Antón de arquitectura popular, junto a la que se encienden las hogueras en la fiesta del Santo. Sus fiestas patronales se celebran en honor a Nuestro Padre Jesús Nazareno del 23 al 27 de agosto.

En esta población han nacido un buen número de personajes ilustres como el teólogo y obispo de Malta, Fray Martín de Roja; el confesor de Felipe IV, Fray Francisco Sánchez; o Fray Francisco de Tembleque quien en el siglo XVI construyó un acueducto en el actual México y que aún se conserva.

Muy interesante es la ermita del Cristo del Valle, también conocida como del Cristo de la Palma; está ubicada en las proximidades del embalse de Finisterre a 15 km del pueblo, su construcción data del siglo XVII, en ella destaca la decoración en cornisas, pilastras y bóvedas realizadas con motivos florales de estilo barroco y una monumental portada. En la actualidad se celebran en la ermita dos romerías al año: una el segundo domingo del mes de mayo, y otra el último domingo de septiembre.

OCAÑA

Villa que da nombre a su comarca, la Mesa de Ocaña, situada en un importante nudo de comunicaciones. Un bello conjunto monumental, que pierde sus orígenes en el periodo prehistórico del Paleolítico medio-superior, según nos han mostrado los yacimientos estudiados de su término. Algunos historiadores ven en esta villa la antigua Vicus Cuminarius romana. Fue, según el Arzobispo don Rodrigo, uno de los pueblos que formaron parte de la dote de la princesa Zaida al casarse con Alfonso VI, y uno de los que se perdieron después de la Batalla de Uclés.

Fue antigua sede maestral de Santiago y sede de las Cortes durante los reinados de Juan II y Enrique IV en el siglo XV. Durante la Guerra de la Independencia, en 1809, tuvo lugar aquí la importante Batalla de Ocaña. Fue capital de la Mancha Alta y, durante la Guerra Civil, capital de la Provincia de Toledo.

Su conjunto urbano es uno de los más importantes de Castilla-La Mancha, su trazado es medieval, con grandes casonas, palacios, conventos e iglesias, algunos declarados B.I.C.; un buen número de plazas con su Plaza Mayor como punto referencial. Construida en 1777 gracias al impulso de Carlos III, su planta es un rectángulo con dieciocho arcos en los dos lados mayores y diecisiete en los dos menores, con dos pisos de balcones y buhardillas. Desde aquí parten las principales calles que forman el entramado del casco antiguo.

La iglesia parroquial de San Juan Bautista es una simbiosis de estilos y elementos de los siglos XIII al XVII. En su interior destacan una serie de rejas góticas que sirven de cerramiento en las capillas; tiene un museo-camarín de la Virgen de los Remedios, patrona de la localidad, en la capilla anexa a la Capilla Mayor y en los pies un Museo de pasos procesionales de la Hermandad de Penitentes de Ocaña. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, levantada sobre una antigua mezquita del siglo XII, en el siglo XVIII, aquí está la sede de la Cofradía de Los Armaos que guarda una buena colección de armaduras, una de ellas atribuida a Alonso de Ercilla. Tiene un interesante Altar Mayor de mármol del siglo XVIII, un buen conjunto de piezas de orfebrería en el que destacan una cruz procesional gótica y cálices barrocos y renacentistas y una custodia de plata del siglo XVI, atribuida a Enrique de Arfe.

Otro edificio religioso destacable es el convento de Santo Domingo, cercano a la plaza y de construcción renacentista, con un claustro atribuido a Alonso de Covarrubias de dos alturas y una iglesia del siglo XVI, con un coro tallado en madera que fue costeado por El Gran Capitán y traído del convento de Dominicos de Almagro. El convento alberga el Museo Porticum Salutis, un conjunto de tres museos temáticos promovidos por los Dominicos referente a la vida y la obra de la Orden desde el siglo XIII. Muy destacable entre sus fondos el Belén, historia salutis, un autentico espectáculo con los principales pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento.

Muy destacable en el patrimonio de Ocaña, es el Palacio de los Cárdenas, construido a finales del siglo XV principios del XVI por orden de don Diego Gutiérrez de Cárdenas, casado con doña Teresa Enríquez, La Loca del Sacramento y que fue residencia de la realeza española durante sus estancias en Ocaña; la portada es de estilo gótico y conserva artesonados policromados, su estructura y decoración es muy parecida al Palacio de Fuensalida de Toledo. En la actualidad es la sede de los Juzgados Comarcales.

Otros monumentos que destacan en la villa son la torre de San Martín, renacentista, del siglo XVI que perteneció al destruido templo del mismo nombre; el rollo de justicia, gótico del siglo XV; el Teatro Lope de Vega, antiguo convento de Jesuitas en el que sobresalen la portada de piedra y la torre mudéjar, el convento de Carmelitas Descalzas, en su interior se conserva la tumba de Alonso de Ercilla, autor de la Araucana, actualmente sirve como centro cultural, con un interesante claustro; el de Dominicas de Santa María y el de Bernardas edificio desamortizado en el siglo XIX, todos del siglo XVI. La Fuente Vieja, del siglo XV; junto a ella se encuentra la ermita de Jesús de las Cuevas, del siglo XVI, construida sobre una cueva.

A las afueras de la población se encuentra uno de los hitos de su patrimonio, la Fuente Grande, una monumental obra construida en el siglo XVI; de planta rectangular, con dos claras secciones: la fuente propiamente dicha y los lavaderos. Lo más interesante es la parte externa, compuesta por una extensa galería de piedra cubierta y decorada con veintidós pilastras de orden toscano y un entablamento corrido.

Una especial mención merece su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional, desde hace más de 400 años, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, el orden y el silencio acompañan a los majestuosos desfiles procesionales que toman las calles de la villa de Ocaña, cuenta con la participación de diez Hermandades y Cofradías, algunas de las cuales datan de los siglos XVI, XVII y XVIII, con un total de 2.000 cofrades; son famosas sus imágenes articuladas que se encuentran en las calles y se mueven representando la Pasión con un gran dramatismo; los Armaos portan armaduras de los siglos XVI y XVII, pero sobre todo, en la procesión de Viernes Santo, cobra especial importancia la imagen articulada de Nuestro Padre Jesús Nazareno, patrón de la localidad, que escenifica las caídas camino del Calvario. Se celebra también con gran solemnidad el Corpus Cristi.

La villa fue el escenario elegido por Lope de Vega para su Peribáñez y el Comendador de Ocaña y por Calderón de la Barca en su obra Casa con dos puertas mala es de guardar. Algunos de sus monumentos fueron inspiración poética para Gustavo Adolfo Bécquer. Sobre el Rollo de Justicia escribió un artículo con el título "La picota de Ocaña", publicado en la revista La Ilustración de Madrid, en el que dice: "La picota, como cuestión de arte, es la horca elevada a monumento, la columna triunfal erigida en honor del verdugo." El artículo va acompañado con un grabado de su hermano.

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